El 13% de los trabajadores españoles vive por debajo del umbral de la pobreza, según los datos de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) hechos públicos por el director de este organismo en España, Joaquín Nieto, con motivo de la celebración del día mundial del trabajo decente. Esta cantidad de trabajadores pobres supera la media europea, situada en el 9,5%. Además, según estas cifras España se sitúa entre las primeras de la UE con mayor pobreza laboral ya que solo en Grecia y en Rumanía hay más ocupados pobres, con el 17% y el 24%, respectivamente.
La OIT estima que unos 300 millones de trabajadores en el mundo viven en condiciones de pobreza extrema, es decir, que no disponen ni de 1,9 dólares diarios para subsistir. De esta forma, erradicar dicho tipo de pobreza laboral extrema es la primera de las metas de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas para 2030.
Una de las principales disfunciones de los mercados laborales que según la OIT habrá que remediar para luchar contra este tipo de pobreza afecta al trabajo a tiempo parcial involuntario. Nieto que más del 60% de los trabajadores a tiempo parcial en España lo son de manera forzosa (es decir, preferirían tener un empleo a tiempo completo), mientras que la media de Europa se sitúa por debajo del 30%.
Desde la organización consideraron que la crisis ha hecho «mucho daño» en los países del sur de Europa. «Se ha conseguido que lo datos macroeconómicos estén funcionando, pero la recuperación social tiene que pasar por mejorar la calidad del empleo y por mejorar la estructura productiva de España», incidió Nieto.
El informe presentado hoy sobre la calidad del trabajo en el mundo indica también que existen 190 millones de parados, de los cuales casi 65 millones son jóvenes, «lo que implica un incremento de las desigualdades durante la transición a la edad adulta. Además, más de la mitad de los trabajadores de todo el mundo (el 55%) no tienen un sistema de protección social y que la discriminación de la mujer sigue siendo la más amplia de todas.
«Esta discriminación empieza en el hogar, con los trabajos de cuidados no remunerados, y sigue después en el mercado de trabajo, donde tienen más dificultades para entrar», explicó Nieto. «El 70% de las mujeres del mundo desearía tener un empleo remunerado y solo cerca de la mitad lo consigue», insistió.
Los datos de la OIT también ponen de manifiesto que hay 2.000 millones de personas que viven de la economía sumergida en todo el mundo, «y esto implica que se ven privados de condiciones de trabajo dignas», dice esta organización; que también ha denunciado «un ensanchamiento de la brecha social». Concretamente, entre 1980 y 2016 el 1% más rico de la población aumentó sus ingresos en un 27%, mientras que el 50% más pobre los incrementó un 12%.
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