Los bancos europeos están preparados para afrontar una crisis de liquidez, según los resultados de los test de estrés conducidos en los últimos meses por el Banco Central Europeo, cuyos resultados se han publicado hoy. La conclusión del supervisor es que el sector está preparado para afrontar una salida masiva de fondos en el corto plazo: tienen un colchón del 23% de sus activos, sumando reservas y efectivo (9% del activo), activos comercializables (8%) y otros activos menos líquidos (8%).
Los problemas de liquidez fueron la causa de la mayor crisis bancaria vivida en España desde el colapso de Bankia: la caída del Banco Popular, su intervención y la venta al Banco Santander por un euro. Las dudas sobre el futuro de la entidad se convirtieron en una profecía autocumplida ante las salidas masivas de depósitos y la pérdida del acceso a los mercados.
El 90% de los 103 bancos analizados soportaría durante al menos dos meses el escenario extremo planteado por el BCE: una salida de fondos equivalente al 9,5% del activo en un mes y del 27% en un plazo de medio año. En cuatro meses solamente superan la prueba del escenario extremo la mitad de las entidades. Estos plazos de supervivencia se definen como el tiempo que el banco puede operar solamente con el efectivo y el colateral que tiene en balance, asumiendo por tanto un cierre total de los mercados de financiación.
El BCE ha trabajado con tres escenarios: el estándar, el adverso y el extremo. Hay solamente cuatro bancos que no soportarían el escenario estándar durante seis meses, que supone un agujero de liquidez del 5,1% y, sobre todo, el cierre a cal y canto del mercado de capitales.
El escenario adverso, que implica una salida de fondos del 21,7% del activo con la salida del 15% de los depósitos, lo soportarían durante medio año la mitad de las entidades analizadas, con un periodo de supervivencia medio de 176 días. El ya citado escenario extremo, por su parte, sería capeado por apenas 26 entidades de la zona euro, con una supervivencia media de cuatro meses (122 días).
Por lo general, los grandes bancos son más sensibles a estas situaciones de crisis de liquidez, pues dependen en mayor medida de fuentes de financiación inestables como los depósitos de institucionales, que están sujetos a salidas de dinero más rápidas. Los bancos al por menor están más protegidos porque su base de depósitos es más estable.
El informe del BCE identifica, no obstante, algunas vulnerabilidades: los bancos más dependientes de financiación en divisas están más expuestos a las crisis de liquidez, y algunos de ellos son «excesivamente dependientes» del buen funcionamiento del mercado internacional de swaps. Igualmente, las filiales fuera de la eurozona de los bancos tienen tasas de supervivencia son menores, pues dependen de la financiación de las entidades matriz.
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