Tras varias jornadas maratonianas de negociaciones, Londres y Bruselas han informado esta mañana de que han llegado a un acuerdo para que Reino Unido deje la Unión Europea de forma amistosa, el escenario menos traumático de cuantos se barajaban tras la decisión de los británicos de dejar el club europeo.
Jean Claude Juncker, presidente de la Comisión Europea, ha indicado en un mensaje en la red social Twitter que se trata de un «acuerdo justo y equilibrado para la UE y para Reino Unido». Fiel a su estilo de comunicar ha dicho: «Donde hay deseo, hay acuerdo», en referencia a las arduas negociaciones que han tenido lugar en los últimos tres años entre Londres y Bruselas.
Al mismo tiempo, Boris Johnson, el primer ministro británico, ha dicho que se ha alcanzado «un gran acuerdo que nos permite tomar de nuevo el control», en clara referencia al slogan que los partidarios del Brexit han repetido hasta la extenuación desde que se celebró el referéndum de 2016.
Juncker, en una carta enviada al presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, recomienda a los líderes europeos que hoy se reúnen en Bruselas que respalden esta propuesta de acuerdo. Tanto Juncker como Johnson presentarán esta tarde la propuesta a los representantes de los 27 países miembros.
La libra, que lleva varias jornadas al alza, ha reaccionado con una subida de más del 1% frente al dólar a la noticia del acuerdo, lo que la sitúa por encima de 1,29 dólares. También sube frente al euro, y supera los 1,16 euros. Desde el pasado jueves, la libra ha subido un 6% frente al dólar y un 5% frente al euro, en la mejor semana que recuerdan los analistas desde 1985, según indican desde la firma JCRA.
Michel Barnier, el negociador del Brexit para la Unión Europea, ha asegurado en rueda de prensa que «el Brexit ha sido una escuela de paciencia». También ha asegurado que el punto de fricción entre los dos equipos negociadores, el IVA que va a aplicarse a la región de Irlanda del Norte tras el Brexit, ha quedado resuelta.
Pese al alivio que la firma del acuerdo va a tener en los mercados, que desde hace un par de días contaban con que estaba a punto de producirse, existen todavía dudas sobre la viabilidad del pacto una vez que Boris vuelva a Londres y tenga que presentarlo ante el Parlamento británico. Su aprobación es esencial para que el acuerdo pueda materializarse.
Aunque hoy Johnson intente transmitir un mensaje de éxito para su país, sabe que tiene un serio problema. Los representantes del Partido Unionista de Irlanda del Norte (DUP), socios en el Gobierno conservador, han asegurado esta mañana que «tal y como están las cosas», no pueden apoyar el acuerdo del Brexit. Johnson se ha reunido en varias ocasiones con el DUP en los últimos días para intentar convencerles de las bondades del acuerdo, algo que al parecer no ha logrado.
El DUP, que representa a los votantes que quieren ser británicos (no irlandeses) y que son en su mayoría protestantes, tiene diez diputados en el Parlamento británico. Ante la falta de mayoría de diputados del Partido Conservador, su apoyo resulta casi esencial para poder pasar cualquier propuesta, en especial este acuerdo del Brexit. «No podemos apoyar lo que se está sugiriendo sobre la unión aduanera o sobre el consentimiento norirlandés a lo que se pacte, y hay falta de claridad con respeto al IVA que se va a aplicar», dice el comunicado del partido irlandés.
Para lograr el pacto con Bruselas, Boris Johnson ha tenido que hacer importantes concesiones. Entre ellas, aceptar que Irlanda del Norte seguirá en el mercado común europeo y que será regulado por la Corte de Justicia Europea. Estas medidas hacen que la región británica esté próxima a la UE, algo que los representantes del DUP querían evitar a toda costa, ya que su objetivo es tener la misma regulación que el resto de regiones de Reino Unido.
Estas medidas permitirán que no haya una frontera física entre la República de Irlanda y la región de Irlanda del Norte, una de las obsesiones de los líderes europeos en un intento por preservar la paz en esta zona, que durante años vivió en una situación casi bélica. Según el borrador del acuerdo, el DUP no podrá vetar ninguno de los acuerdos entre Londres y la UE en los próximos ocho años, algo que se barajaba en un principio.
El papel del Partido Laborista será clave en los próximos días. Jeremy Corbyn ya ha anunciado que su partido pedirá que el acuerdo sea aprobado en un segundo referéndum. «Por lo que parece, Johnson ha negociado un acuerdo que es todavía peor al que negoció Theresa May, que fue rechazado de forma contundente» (por el Parlamento). «La mejor forma de solucionar el asunto del Brexit es dar a la gente la posibilidad de decir lo que piensa sobre el acuerdo». Todos los indicios apuntan a que solo si los diputados laboristas respaldan a Boris podrá aprobarse el acuerdo. Este apoyo podría llegar a cambio de un segundo referéndum.
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