Decepcionar al mercado podría haber sido muy arriesgado y la Reserva Federal no estaba dispuesta a jugársela. Tras dos días de reunión, el Comité de Mercado Abierto de la Fed (FOMC) cumplió con lo previsto y anunció una rebaja de los tipos de 25 puntos básicos, hasta situarlo en la horquilla del 1,5%-1,75%, niveles de diciembre de 2018. Se trata del tercer recorte consecutivo en lo que va de año. Para ver tres rebajas seguidas hay que retornar a los meses de octubre y diciembre de 2008, en plena crisis económica.
La novedad de esta cita residió en los mensajes de cara a las próximas reuniones. Del comunicado se desprende la idea de que, tras el recorte efectuado ayer, la Fed hará una pausa antes de proceder a nuevos cambios. En lugar de decir que “actuará como sea apropiado para sostener la expansión”, la institución señaló que “evaluará la ruta apropiada” de las tasas mientras continúa analizando los datos económicos. Posteriormente en la rueda de prensa, Jerome Powell remarcó que mientras las previsiones económicas se mantengan, los actuales tipos de interés son “los apropiados”.
Como viene siendo una costumbre en las últimas citas la falta de unanimidad volvió a quedar patente. Todos los miembros votaron a favor del recorte, con la excepción de dos, que se mostraron favorables a mantener intactas las tasas en el 1,75-2%. Eso sí, aunque no haya unanimidad, las discrepancias son algo menores que en la cita de septiembre, pues en esta ocasión ninguno abogó por un recorte mayor al efectuado.
Otro dato que refrendaría la pausa es el hecho de que el presidente de la Fed de San Luis no clamó por una rebaja más agresiva. Los expertos señalan que lo que Powell pretende con esta pausa es asegurarse de que sigue teniendo margen de actuación en caso de recesión. El presidente de la Fed ha reiterado por activa y por pasiva que las rebajas llevadas a cabo se corresponden con los ajustes de mitad de ciclo, destinados a prolongar la expansión y que siguen la pauta imperante en la década de los 90. Los expertos afirman que un recorte adicional en diciembre, exigiría una explicación detallada por parte del comité para evitar asustar al mercado.
Powell afirmó que un acuerdo comercial entre EE UU y China podría aumentaría la confianza empresarial e impulsaría la inversión, que según los últimos datos muestra como sigue siendo débil, una característica extrapolable a las exportaciones.
La decisión del banco central se conoció el mismo día de la publicación de la primera lectura del PIB del tercer trimestre de EE UU. Entre julio y septiembre su economía creció un 1,9%, tres décimas más de lo previsto. Aunque batió las expectativas, el dato, que es el más bajo desde comienzos de 2017, queda lejos del alza del 3,1% registrado a comienzos de año. Es decir, pese a que la economía estadounidense sigue siendo sólida, es indudable que la desaceleración ha llegado y avanza con fuerza.
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