Los datos de la Agencia Tributaria también revelan que Hacienda solo acaba ingresando el equivalente al 6,25% del beneficio total de los grandes grupos empresariales, cifra que baja al 2,68% en el caso de los bancarios. En este caso, eso sí, el porcentaje es sobre la ganancia global de estos grupos, lo que incluye el beneficio logrado en otros países por el que ya se ha tributado fuera.
El cálculo más realista, por tanto, es el que se realiza sobre la base imponible por la que las empresas deben tributar en España, descontados del monto los beneficios foráneos, así como las deducciones aplicadas, bases imponibles negativas obtenidas o créditos fiscales logrados. Bajo este análisis, el fisco indica que, frente al citado 21,59% de tipo real medio para el conjunto de las compañías, los grupos empresariales pagan de en España un tipo real del 19,57% y los grupos bancarios, uno del 19,76%.
Es decir, que la empresa media paga 3,4 puntos por debajo del tipo nominal general; los grandes grupos, 5,4 puntos menos; y los bancarios abonan 10,24 puntos por debajo del umbral de gravamen de partida que les correspondería. Todos ellos acaban rebajando el punto de partida gracias a los diversos beneficios fiscales que contempla la ley.
El dato varía con fuerza, además, si se tiene en cuenta el tamaño de las compañías. Así, las microempresas abonan un tipo efectivo del 22,99% mientras que las compañías de más de 5.000 empleados pagan el 16,43%. Por volumen de negocio, a su vez, aquellas firmas que facturan menos de 50.000 euros pagan un tipo efectivo medio por sociedades del 22,88% sobre su base imponible, mientras que las de más de 1.000 millones acaban abonando un 19,89%.
Esta estadística comenzó a publicarse hace un año, con los datos referentes a 2016, cuando la empresa media estaba sujeta a un tipo efectivo sobre su base imponible del 21,25% (18,96% en el caso de los grupos) o el 10,46% sobre beneficio (5,99%, los grupos), que se situaba en 22,43% en el caso de grupos bancarios (2,84% de su beneficio global).
La estadística, que despejó una duda que llevaba años enfrentando a los ministros de Hacienda con el empresariado, llegó en un momento en el que el PSOE abogaba por establecer un tipo mínimo de Sociedades para evitar que las grandes compañías acaben pagando menos del 15% de su base imponible en impuestos gracias a los beneficios fiscales existentes, o un 18% en el caso de banca y petroleras. Aunque las cifras indican que la media de empresas se sitúa por encima de dichos umbrales, la medida busca que todas lo estén, lo que acabaría elevando el tipo efectivo medio.
La iniciativa, secundada por Unidas Podemos en el Plan Presupuestario conjunto que consensuaron para 2019, acabó decayendo con las cuentas cuando el Congreso de los Diputados las tumbó. La propuesta, sin embargo, vuelve a estar sobre la mesa ahora que PSOE y Podemos han pactado la formación de un Gobierno de coalición para el que buscan apoyos parlamentarios.
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