La negociación salarial colectiva desaparece progresivamente en los países de la OCDE, que este lunes destacó su importancia para el buen funcionamiento del mercado laboral, sugiriendo la intervención de los Gobiernos para maximizar el rédito que ofrece este instrumento.
En un informe presentado en Berlín, la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico arguye que existe una clara correlación entre determinados sistemas de negociación colectiva y unas condiciones laborales beneficiosas tanto para los trabajadores como para la patronal.
Ciertos modelos de negociación colectiva, como los que presentan coordinación salarial, son según la OCDE particularmente efectivos para lograr mayores tasas de empleo y más integración de grupos vulnerables, en comparación con sistemas totalmente descentralizados.
Además, los trabajadores cubiertos por convenio y con vías de diálogo directo con los empleadores gozan de una mayor calidad de trabajo en lo que se refiere a seguridad, formación, horarios y menor discriminación.
El bienestar en el entorno laboral también revierte en la patronal, puesto que estas condiciones reducen el absentismo y favorecen el rendimiento. Los mejores resultados para ambas partes se obtienen por tanto con sistemas de centralización media y elevada coordinación, que permiten encontrar un equilibrio entre flexibilidad e inclusividad.
Por ello, la OCDE insta a las autoridades y a los agentes sociales a fomentar acuerdos sectoriales que proporcionen un marco de condiciones amplio, permitiendo que las condiciones concretas sean negociadas a nivel de empresa. «El principal reto de los interlocutores sociales y de los Gobiernos es ajustar los sistemas de negociación colectiva para lograr mejores resultados en términos de empleo, calidad del trabajo e inclusividad,» asevera la organización.
Sin embargo, en los 36 estados que conforman la OCDE, la tasa media de sindicación se ha reducido de un 33% en 1975 a tan solo un 16% en 2018.
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