Gobierno y sindicatos ya están estableciendo los primeros contactos para subir el salario mínimo interprofesional (SMI) por encima de los 900 euros en 2020. Así lo indican fuentes cercanas a la negociación, que matizan que todavía no hay ninguna cifra sobre la mesa para subir el SMI. En cualquier caso, afirman que no esperan que se acerque al alza que se aprobó para 2019, que fue de un 22,3%.
El deseo de las partes es que en esta ocasión la subida se pacte en la Mesa Social, que los sindicatos comparten con la patronales. Cabe recordar que, hace un año, el Gobierno abordó la subida sin que se hubiera acordado allí, generando malestar en los agentes sociales, aunque mucho menos en el caso de los sindicatos, claro, que dan el visto bueno a la subida salarial. Los contactos entre sindicatos y Gobierno son bien recientes. Como ya contó este medio, hace unas semanas la medida no estaba sobre la mesa del Ejecutivo, aunque no había descartado abordarla.
La subida progresiva del SMI forma parte tanto del programa electoral del PSOE como del de Unidas Podemos. Ambas formaciones apuestan por que el salario mínimo llegue a suponer al menos el 60% del salario medio para el final de legislatura, que sería en 2024, si se cumpliera un ciclo político normal. En este marco y escenario, la previsión es que el SMI se ponga en los 1.200 euros.
Y para hacerlo no es necesario que el Gobierno esté en plenas facultades. Es decir, que un Ejecutivo en funciones como el actual ya puede aprobar el alza del SMI por su cuenta y riesgo. La clave está en la herramienta legislativa que se emplea para ello: el real decreto. Moncloa puede usarlo sin estar atado a condicionantes. Muy diferente es el caso del real decreto-ley (RDL), una herramienta que los juristas (y la Abogacía del Estado) desaconsejan usar, salvo en caso de extrema necesidad y excepción.
De ahí que sea posible subir el SMI en pleno periodo de interinidad y, en cambio, el Gobierno se resista a confirmar las subidas de las pensiones y de los sueldos de los funcionarios, a las que Sánchez se ha comprometido no solo en campaña electoral sino también en el documento de previsiones presupuestarias para 2020 que La Moncloa envió en octubre a la Comisión Europea, puesto que para su tramitación es imprescindible el RDL.
Sin embargo, según explican fuentes del Ejecutivo, aunque no haya Gobierno a tiempo y estas alzas no se puedan aprobar hasta después de empezar el año, las subidas se aplicarán de manera retroactiva. La subida del SMI en el último año, dado lo elevada que fue, ha estado revestida de no poca polémica. Los empresarios, como ya indicó la semana pasada Antonio Garamendi, presidente de la CEOE, temen una nueva alza por el impacto que puede tener, sobre todo en el coste de las cotizaciones, en plena desaceleración económica.
A esto se suma el impacto que tendría en el mercado laboral. En su momento, el Banco de España previó un importante descenso del empleo -contabilizó la destrucción de 125.000 trabajos- por el alza salarial. Sin embargo, el Ministerio de Empleo, Migraciones y Seguridad Social aseguró la semana pasada que no se está percibiendo efecto negativo alguno del alza del SMI excepto en los casos del empleo doméstico y el agrícola.
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