Cada vez hay más trabajadores que eligen jubilarse de forma anticipada, aunque eso suponga sufrir una reducción en el cálculo de su pensión. Durante toda la fase de recuperación de la economía, ha crecido el número de bajas voluntarias, en una tendencia que sigue aumentando año a año. Así lo recogen los datos de la Seguridad Social, a los que ha tenido acceso este periódico a través de una solicitud de información mediante la Ley de Transparencia.
En los nueve primeros meses de 2019, se han producido 62.000 jubilaciones anticipadas con coeficiente reductor, de las cuales, más de 36.100 fueron voluntarias. Esta cifra es un 71% superior a la que se produjo en el mismo periodo de 2014, primer año de la serie. Estos datos muestran que se ha producido una gran salida voluntaria de trabajadores hacia la jubilación antes de alcanzar la edad legal.
La Seguridad Social les aplica un coeficiente reductor como desincentivo para evitar la salida temprana de trabajadores hacia la jubilación. Tanto la penalización como la edad legal de jubilación se endurecieron en 2011 con la reforma de las pensiones del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, normativa que todavía está en fase de aplicación. Sin embargo, esta penalización no ha conseguido reducir el número de jubilaciones anticipadas.
En el año 2014, el número de jubilaciones anticipadas voluntarias hasta el tercer trimestre fue de 21.172 personas, y en 2019, esta cifra alcanzó las 31.136 bajas. Tal incremento, del 71%, puede tener diferentes causas detrás empujando en la misma dirección. La primera es la incertidumbre sobre el futuro de las pensiones. Y no solo es incertidumbre sobre el futuro financiero del sistema, también es normativa. Por ejemplo, está pendiente de aplicación o de derogación definitiva el factor de sostenibilidad, que recortaría la cuantía inicial de las pensiones a medida que aumente la esperanza de vida, lo que supone un incentivo para acelerar la salida del mercado laboral y así evitar su aplicación.
Otro factor importante es el aumento progresivo de la edad legal de jubilación derivado de la reforma de 2011. En 2019 alcanzó los 65 años y ocho meses, y en 2020 serán 65 años y 10 meses. Esto hace que cada vez los trabajadores tengan que esperar más para llegar a la edad ordinaria de jubilación y aumenta las probabilidades de que alguno decida salirse antes de tiempo. Además, la mejora de la situación económica ha elevado los niveles de optimismo de los españoles, lo que siempre genera un incentivo extra para tomar decisiones más arriesgadas como es esta.
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