Ya está programada la primera emisión de deuda del Tesoro español para el presente ejercicio. Será el jueves 9 de enero, dos días después de la fecha en la que se realizará la segunda votación de investidura de Pedro Sánchez, cuando puede ser elegido presidente gracias a la abstención de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC).
El organismo de financiación del Estado subastará cuatro tipos de bonos. Por un lado, bonos y obligaciones con vencimientos de 3, 5 y 15 años y por un importe de 4.500 a 5.500 millones de euros. Por otro, también colocará deuda ligada a la inflación por entre 250 y 750 millones de euros.
En la última subasta de bonos a tres años efectuada por el Tesoro el pasado 19 de septiembre, la rentabilidad marginal fue del -0,452%. En la de bonos a un lustro, celebrada el 21 de noviembre, fue del -0,101%. Mientras que, en las obligaciones a 15 años, también vendidas el 19 de septiembre, el interés fue positivo, del 0,372%.
La reducción sostenida de los tipos de interés de la deuda –el viernes el bono soberano español a 10 años pagaba menos del 0,4%– llevó el año pasado el precio de las nuevas emisiones de 2019 al 0,23%. Es decir, nunca antes el Tesoro se había financiado a una rentabilidad tan baja. Por su parte, el coste medio de la cartera de deuda pasa del 2,39% al 2,19%. Los esfuerzos acometidos por centrarse en las emisiones a medio y largo plazo se tradujeron en un ascenso de la vida media de la deuda que se sitúa en los 7,55 años, comparable a la de países como Alemania o Francia.
El importe de las emisiones netas (emisiones brutas menos amortizaciones) se cerró el año pasado en su nivel más bajo desde 2007: 19.960 millones, un 41,76% menos que en 2018 y un 42,9% menos que las previsiones que se manejaban a comienzos de año (35.000 millones). Por su parte, las emisiones brutas se situaron por debajo de los 200.000 millones por primera vez desde 2011.
A lo largo del pasado ejercicio, el organismo dependiente del Ministerio de Economía continuó la senda descendente de reducción de las emisiones que arrancó en 2012. El Tesoro se ahorró más de 2.300 millones de euros en 2019 respecto al gasto en intereses calculado en los presupuestos nonatos que motivaron las elecciones del pasado 10 de noviembre. El importe inicial destinado a honrar la deuda ascendía a 31.398 millones.
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