La vicepresidenta tercera y ministra de Asuntos Económicos y Transformación Digital, Nadia Calviño, trasladará el lunes a sus colegas del Eurogrupo las líneas maestras de la política económica del nuevo Gobierno y su compromiso con la disciplina presupuestaria a través de políticas que impulsen el crecimiento y reformas estructurales.
Calviño viajará a Bruselas por primera vez desde que asumiese su papel en el nuevo Ejecutivo de Pedro Sánchez a una reunión en la que los ministros de Finanzas de la eurozona no abordarán cuestiones de especial trascendencia, más allá de continuar con sus discusiones sobre las reformas para apuntalar la arquitectura de la moneda única.
Es en este contexto en el que la vicepresidenta económica explicará las «líneas generales» de la política económica que quiere desarrollar el Gobierno de Coalición entre el PSOE y Unidas Podemos, según han explicado fuentes de su departamento.
Se trata de una exposición protocolaria que siempre que hay un nuevo gobierno en alguno de los países de la moneda única. De hecho, en esta ocasión, los ministros de Economía de Finlandia y Austria también compartirán cuáles son sus prioridades económicas.
Así, Calviño trasladará al Eurogrupo un mensaje «claro y contundente» compuesto por «tres ejes de acción»: el compromiso con una «disciplina presupuestaria» compatible con políticas económicas que impulsen el crecimiento y con la adopción de reformas estructurales, destacan las mismas fuentes.
Economía mantendrá además una «comunicación constante» con la Comisión Europea durante las próximas semanas para valorar qué objetivo de déficit se establece en el futuro proyecto de Presupuestos. Ahora que España ya no está en el brazo ‘correctivo’ del Pacto de Estabilidad y Crecimiento, Bruselas no pone más su lupa en el cumplimiento del déficit nominal, sino que fija su examen en los ajustes estructurales.
En este sentido, la UE exige a España en 2020 un esfuerzo estructural -descontando los efectos del ciclo económico– equivalente a un 0,65% del PIB, lo que supone unos 7.8000 millones en ajustes ya sea a través de mayores ingresos o de una reducción del gasto. Al igual que otros años, lo que intentará el Gobierno es utilizar la flexibilidad que recogen las propias reglas fiscales europeas y que permiten, por ejemplo, distanciarse un 0,5 punto con respecto a este objetivo en dos años.
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