Estados Unidos ha vuelto a amenazar a Europa con una escalada comercial si persiste en su empeño de establecer un impuesto a las grandes empresas tecnológicas. Este miércoles, el secretario del Tesoro estadounidense, Steven Mnuchin, ha advertido en el Foro de Davos que EE UU podría aplicar aranceles del 25% a productos europeos como los automóviles, si la Unión Europea no se muestra más flexible sobre la aplicación de una tasa digital.
Si «algunos países imponen de forma arbitraria tasas digitales» a compañías estadounidenses, el país impondrá «también de forma arbitraria» aranceles a productos europeos, como por ejemplo a las «empresas automovilísticas», ha aseverado Mnuchin en tono duro en una mesa redonda en la que también participaban la directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Kristalina Georgieva, y el ministro británico de Economía, Sajid Javid.
Reino Unido es, junto a Francia, uno de los países de la UE que ya ha aprobado un impuesto a las grandes empresas de servicios digitales, también conocida como tasa Google, si bien Javid ha señalado este miércoles que la tasa entrará en vigor en abril y «de forma temporal», a la espera de que la OCDE establezca un gravamen a nivel europeo.
«Hemos sido muy claros en que pensamos que el impuesto digital es discriminatorio en naturaleza», ha criticado Mnuchin, tras insistir en que la OCDE está estudiando cómo reformar el sistema fiscal internacional para tener en cuenta los cambios que la digitalización ha introducido en la economía.
Esta misma semana, Trump acordó con el presidente de Francia, Emmanuel Macron, retrasar la implementación del impuesto digital, evitando así una nueva escalada arancelaria entre Washington y París. Los equipos negociadores de ambos países se reúnen este miércoles en Davos para tratar de sellar un acuerdo, después de que el Ministerio de Economía y Finanzas galo adelantara ayer que congelará la aplicación de su tasa digital hasta diciembre.
EE UU ha amenazado a Francia con establecer aranceles de hasta el 100% a la importación de productos franceses por valor de más de 2.160 millones de euros si seguía adelante con sus planes de gravar un 3% la facturación de las grandes empresas tecnológicas, conocida como tasa GAFA (acrónimo de Google, Apple, Facebook y Amazon), por lo que la Comisión Europea ha advertido que contraatacaría, aunque prefiere evitar una escalada comercial.
En el mismo foro, la ministra española de Asuntos Económicos y Transformación Digital, Nadia Calviño, ha asegurado que España no renuncia a poner en marcha su propia tasa digital, incluso si no se alcanza un consenso a nivel europeo o internacional, tras señalar que la posición del Gobierno es «absolutamente clara y coherente». Es indispensable adaptar el sistema fiscal al siglo XXI, ya que no se puede tolerar, desde el punto de vista económico, político y social «que haya empresas que pagan sus impuestos donde perciben sus beneficios, y otras en cambio no».
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