El Banco Central Europeo (BCE) dio este jueves el pistoletazo de salida al proceso llamado a definir su política monetaria en los próximos años: la revisión integral de su estrategia y la primera que lleva a cabo en más de 16 años. «No quedará ni un cimiento sin remover», anticipó la presidenta de la institución, Christine Lagarde, que afrontaba su segunda cumbre como cabeza visible de la autoridad monetaria.
Desde ahora hasta que anuncie el resultado, entre noviembre y diciembre, el BCE realizará una profunda reflexión sobre su misión de mantener la estabilidad de precios y las herramientas con las que trata de llevarla a término. Para ello, escuchará las opiniones y estudios de su plantilla y los académicos, pero también las recomendaciones de otras instituciones y de la sociedad civil.
«El Consejo de Gobierno seguirá dos principios: análisis exhaustivo y apertura de miras», explicó Lagarde, que prefirió no dar detalles sobre las conversaciones que ya han comenzado. Lo que sí ha revelado el BCE es que el eje de la revisión estratégica será «la formulación cuantitativa de la estabilidad de precios, junto con los enfoques e instrumentos para lograrla». El objetivo de inflación, entendido desde 2003 como una inflación cercana, pero por debajo del 2%, parece tener los días contados.
Las opciones que abre la institución monetaria son bastas, desde fijar un número concreto por arriba o por debajo de la cota actual, hasta implantar una banda de fluctuación para el crecimiento de los precios. Todas las opciones están sobre la mesa y la elección final tendrá descomunales sobre las políticas que desarrolla el organismo. «No podemos seguir trabajando como lo hacíamos en 2003. Eso no quiere decir que debamos cambiar las cosas, pero sí que debemos analizar nuestra política para ver si sigue siendo efectiva», indicó Lagarde.
Rebajar el objetivo de inflación reduciría la obligación del organismo de poner sobre la mesa los estímulos tan expansivos que llevan años en los mercados, mientras que elevarla llevaría al BCE a echar el resto con la poca munición que le queda. La revisión del objetivo de inflación, además, se llevará a cabo junto con una valoración de la eficacia de todas las herramientas disponibles.
Pese a todo, los expertos ven que la clave de todo el proceso estará en los detalles. La autoridad monetaria anunció que también revisará cómo calcula la inflación, barajando incluso tomar en consideración el precio de las viviendas, lo que provocaría una significativa alza en las mediciones.
Pese a ello, expertos consultados sostienen que es poco probable que el BCE termine incluyendo este elemento, pues un estudio realizado por el personal de la institución lo desaconsejaba alegando que «deterioraría la frecuencia con la que se genera la información sobre la inflación y sería distorsionadora al suponer la primera inclusión de un activo, cuando habitualmente se utilizan bienes de consumo».
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