La Generalitat prevé ingresar un 33,1% más en impuestos directos y un 18,8% en indirectos en relación a 2017, el último año en el que se aprobaron los Presupuestos. Los gastos subirán un 13%. Ambos datos figuran en el proyecto de cuentas para este año pactado con los comunes, y que este miércoles por la tarde aprobó el Ejecutivo autonómico de JxCat y ERC.
Estos Presupuestos suponen el punto y final de la legislatura autonómica, tal como proclamó este mediodía el ‘president’, Quim Torra, en una declaración institucional. Cuando el pleno del Parlament apruebe definitivamente estas cuentas, entre finales de marzo y principios de abril, Torra convocará elecciones. La fecha exacta aún se desconoce, pero podría ser a principios de junio.
Las de 2020 serán las primeras cuentas de la Generalitat desde 2001 que prevén déficit cero, cumpliendo así las exigencias del Ministerio de Hacienda. La Consejería de Economía solicitará formalmente al Estado próximamente que pueda hacer más déficit, pero es una petición que parece muy difícil que se acepte en estos momentos.
La Generalitat y sus empresas públicas prevén unos ingresos corrientes de 36.008 millones de euros, un 13% más que en 2017. Esta sustancial subida es consecuencia del incremento de las transferencias del Estado y especialmente por el alza fiscal acordada con los comunes el pasado diciembre.
Las nuevas medidas fiscales acordadas con los comunes implicarán un incremento en la recaudación de 172,6 millones de euros este año. Como irán entrando en vigor progresivamente, cuando se apliquen todas ellas, la Generalitat ingresará anualmente 552,5 millones de euros.
La principal novedad en fiscalidad es un nuevo impuesto sobre las instalaciones que inciden en el medio ambiente, entre ellas las antenas y postes de la red de telefonía, y también los centros de producción y redes de electricidad.
Tras las críticas de los agentes económicos y la frontal oposición del sector eléctrico, quedarán excluidos de la nueva figura impositiva la cogeneración y las centrales hidráulicas. En su conjunto, por este tributo el Govern recaudará 145,1 millones de euros en el primer año que esté totalmente en vigor.
En cuanto al IRPF, el tramo autonómico será más «progresivo». Así, el actual cuarto tramo se subdivide en dos: uno que irá entre los 53.407,2 a 90.000 euros anuales (que seguirá tributando al 21,5%) y otro de 90.000 eros a 120.000 euros anuales, que sube al 23,5%, dos puntos más que en la actualidad.
El tramo que va de 120.000 a 175.000 euros anuales sube del 23,5% al 24,5%, un punto más. El tipo más alto, a partir de los 175.000 euros anuales, seguirá en el 25,5%. Otra novedad del IRPF es que sube el mínimo exento, de 5.550 euros a 6.105 euros, que afectará al 10% de los contribuyentes más pobres.
También subirá la tasa turística, que se situará entre 1 y 3,5 euros por persona y noche, frente al importe actual, que es de 0,65 y 2,25 euros. Se permite también a los municipios crear un recargo que, en el caso de Barcelona, será de hasta cuatro euros. La tasa que desde 2017 pagan los refrescos envasados azucarados sube, y también se ponen fin a varias bonificaciones de los grandes propietarios en el impuesto sobre los pisos vacíos.
El impuesto de Sucesiones y Donaciones, que se situó en mínimos tras la llegada de Artur Mas (de la extinta CiU) a la Generalitat a finales de 2010, también subirá. Se introducirán nuevos coeficientes a la hora de calcular esta figura impositiva en función del patrimonio existente en diferentes grados de parentesco, para que sea más «progresiva».
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