En, 2018 este gasto ascendió a 17.469.306 millones, siendo el sexto año consecutivo en el que caía desde el máximo alcanzado durante la crisis económica en 2012, cuando España destinó 31.678.027 millones de euros.
Entre enero y noviembre, la factura de estas ayudas a los parados ascendía ya a 17.297 millones de euros, así que, haciendo un cálculo prudente de la cifra gastada en diciembre, con la media de los otros once meses de año, sumaría 18.869 millones. Pero lo más probable es que cuando mañana se conozca el dato del último mes del año, esta cifra supere incluso los 19.000 millones de euros.
Esto supone un claro empeoramiento de la tendencia, ya que la mejora del empleo desde que se inició la recuperación había propiciado recortes anuales del gasto en desempleo de entre el 9% y el 16% entre 2013 y 2016. En 2017 estos ahorros ya se frenaron al 6,2% y en 2018 se gastó prácticamente lo mismo que en el año anterior, con un descenso de esta factura que se podría calificar de simbólico porque solo bajo un 0,02%.
El aumento del presupuesto en 2019 obedeció a varias causas, pero fundamentalmente a un acusado freno en el ritmo de descenso del paro registrado, que se recortó un 1,2% interanual frente a un descenso del 6,1% un año antes. A esto hay que añadir una mayor rotación en las entradas y salidas al mercado de trabajo, que es lo que genera una mayor solicitud de prestaciones, aunque en el saldo final el número de parados no se incremente respecto al año anterior.
Se da además la circunstancia de que la mejora del empleo desde 2014 ha provocado que los asalariados hayan ido acumulando derechos de cobro de la prestación contributiva, ya que para cobrar un mínimo de cuatro meses de prestación contributiva por desempleo hay que haber cotizado previamente un año como mínimo.
Esta situación de mayor rotación se empezó ya a ver a principios del pasado año cuando se constató que en 2018 se había producido en el primer aumento en seis años tanto del número de beneficiarios de prestaciones contributivas (las que reciben solo aquellos que han cotizado lo suficiente) como del dinero destinado a pagar estas ayudas contributivas. Si bien, cuando se sumaban los subsidios, el gasto total aún no había repuntado, como sí lo ha hecho en 2019.
Así, noviembre pasado el número de beneficiarios solo de la prestación contributiva crecía a un ritmo del 10% interanual y el gasto, un 11%.
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