La economía española ha cerrado el año 2019 con una subida del PIB del 2%, según la primera estimación publicada esta mañana por el INE. El dato está en línea con la previsión del Banco de España, que la redujo una décima desde el 2,1%. Es el sexto año consecutivo de crecimiento de la economía, tras la recesión registrada entre 2011 y 2013, pero también se trata del dato es el más bajo desde el año 2014, en línea con el deterioro de las expectativas de crecimiento a nivel global. El dato de España contrasta con el 0,6% que ha crecido Alemania o el 1,2% de Francia.
En términos trimestrales, no obstante, España ha acelerado el crecimiento hasta marcar un 0,5%, frente al 0,4%, registrado entre junio y septiembre. Los expertos esperaban, de media, un crecimiento del 0,4% trimestral y, de hecho, la economía ha batido en una décima la previsión del panel de expertos de Funcas.
La mejora se debe sobre todo a la fuerte mejora de la aportación del sector exterior. De hecho, de trimestre a trimestre la demanda nacional se ha recortado en cuatro décimas, compensada por una caída del 1,2% en las importaciones (+1,8% en el trimestre anterior) y un alza del 1,5% en las exportaciones (planas entre junio y septiembre).
Así, la variación del PIB en el cuarto trimestre respecto al cuarto trimestre del año pasado, mientras, es del 1,8%, una décima menos que el trimestre anterior debido precisamente a este flojo comportamiento de la demanda doméstica: pasa de aportar 1,6 décimas al crecimiento a apenas 1,2. La demanda externa lo compensa con una aportación positiva de seis décimas: en tasa interanual las exportaciones han crecido el 5,6%.
El freno en la demanda doméstica se aprecia en el consumo de los hogares se desacelera de un 1,6% interanual a un 1,4%. Aun así, está por encima del 1,1% del segundo trimestre. Peor es la lectura de la inversión: pasa de crecer un 2,4% en el tercer trimestre a un -0,3%, principalmente por un cambio de tercio muy agudo en la inversión en vivienda: cae un 3,5% sobre el año pasado. El frenazo viene de atrás. A mediados de 2018 la inversión en casas crecía a ritmos del 7%. No obstante, las grises perspectivas económicas están afectando, también, a la inversión productiva. La formación de capital fijo crece un 1,4%, frente al 4,3% del trimestre precedente.
Por sectores destaca, también, el mal momento de la construcción. Esta rama del PIB pasa de crecer el 2,4% en el tercer trimestre (y un 6% en el tercero) a contraerse en un 0,7%. De hecho, el sector servicios, que supone la mayor parte de la economía, acelera hasta crecer un 2,5% sobre el 2,2% anterior.
El empleo ha crecido al mismo ritmo que la economía: El INE calcula un aumento del 2% en los puestos de trabajo equivalentes a tiempo completo, es decir, 358.000 empleos. La cifra es algo inferior a los 402.300 reflejados en la EPA, que no distingue tiempo completo o tiempo parcial. La contratación se acelera dos décimas sobre el trimestre anterior gracias al sector servicios (pasa del 1,9% al 2,4%). Destaca el frenazo en el empleo industrial, siete décimas menos hasta un 1,9% interanual, y la construcción se frena del 2,2% al 0,9%.
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