El mundo libra una batalla de consecuencias impredecibles contra un enemigo que está causando estragos en una triple vertiente: sanitaria, social y económica. Mientras el coronavirus avanza imparable fuera de las fronteras de China y golpea con fuerza en la UE, extendiendo la alarma entre la población, los pronósticos económicos empeoran cada día que pasa, provocando una catástrofe bursátil, hundiendo la confianza de los inversores de la zona euro hasta niveles inéditos desde 2013 y elevando el riesgo de una recesión global.
Ante la propagación de la epidemia, que amenaza con estrangular la economía mundial, el FMI urgió ayer a los gobiernos a aplicar medidas fiscales y monetarias «sustanciales» para amortiguar el impacto económico de la infección. En concreto, el organismo que dirige Kristalina Georgieva plantea «transferencias directas de efectivo, subsidios salariales» y rebajas fiscales para combatir los «agudos shocks» que la epidemia está provocando tanto del lado de la oferta como de la demanda.
«Las autoridades necesitarán implementar medidas sustanciales específicas fiscales, monetarias y financieras para ayudar a los hogares y negocios afectados», señaló ayer la economista jefa del Fondo, Gita Gopinath, ante un escenario en que se atisban despidos por la parálisis productiva y la contracción de la demanda. En este sentido, el FMI recordó que la actividad manufacturera y de servicios en China, uno de los centros neurálgicos de las cadenas de suministro global, «cayó de manera drástica en febrero», mientras que «desde el lado de la demanda, la pérdida de ingresos, el miedo al contagio y la elevada incertidumbre, harán que la gente gaste menos», apuntó la economista jefa del FMI, una realidad que ya se está cebando con gran dureza sobre sectores como el turístico, los viajes o la hostelería.
También la ONU intensificó ayer las sirenas de alarma al alertar de que, en el peor de los escenarios, el impacto económico de la crisis del Covid-19 podría ascender a 2 billones de dólares (alrededor de 1,7 billones de euros).
Aunque el tsunami sobre las expectativas económicas está siendo generalizado, la UE se encuentra entre las regiones que saldrían peor paradas. Así lo prevé Pimco, una de las mayores gestoras de fondos del planeta, que contempla que tanto EEUU como la zona euro entren en recesión técnica en la primera mitad del año.
Un mal augurio en el que coincide la agencia alemana Sentix tras constatar el hundimiento de la confianza inversora. «Nunca antes los datos económicos se habían contraído tanto en todas las regiones del mundo en un solo mes», aseguró el director general y estratega jefe de la entidad, Manfred Hübner, quien añadió que «la expansión global del nuevo coronavirus está llevando a la economía mundial a una recesión».
En Italia, hasta ahora el país europeo más afectado por la crisis sanitaria, se descuenta ya la entrada en recesión técnica tras haberse contraído su economía un 0,3% en el último trimestre del año pasado. Bruselas confirmó ayer que los fondos destinados por el Gobierno italiano a combatir las consecuencias del virus (unos 7.500 millones de momento) se excluirán de los objetivos de déficit, lo que abre las puertas a que otros países, entre ellos España, puedan solicitar una relajación similar.
Mientras, Francia admitió ayer que la epidemia tendrá «un impacto severo en la economía francesa», señaló el ministro galo de Economía, Bruno Le Maire, quien anticipó que la crisis le costará al PIB de Francia «varias décimas». De momento, el Banco de Francia ha recortado al 0,1% su estimación de crecimiento para el primer trimestre frente al 0,2% anterior.
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