La Organización Internacional del Trabajo (OIT), organismo perteneciente a Naciones Unidas, ha evaluado las perspectivas del mercado laboral mundial en un estudio en el que estima, en el peor de los escenarios, una subida del desempleo en 25 millones de personas como consecuencia de la pandemia. Esto supondría un impacto laboral superior que el que se produjo en la crisis financiera de 2008, la cual aumentó el desempleo mundial en 22 millones de personas.
Sin embargo, la OIT también barajó otros escenarios más suaves, que dependerán de la respuesta de las políticas coordinadas a nivel internacional. En el mejor de los casos, esta crisis incrementaría el desempleo en 5,3 millones de personas.
Otro de los cálculos que hace este organismo es que la pandemia hará que no se trabajen el 6,7% de trabajo en el segundo trimestre de 2020, lo que equivale a la actividad de 195 millones de trabajadores a tiempo completo.
En el análisis se destaca la vulnerabilidad del sector servicios, así como el turístico y el del comercio minorista. “Una primera valoración realizada por el Consejo Mundial de Comercio y Turismo pronostica una disminución del 25% de las llegadas internacionales en 2020, lo que situaría a millones de empleos en riesgo”, advirtió la organización.
Con respecto al subempleo, el organismo prevé un incremento exponencial como consecuencia de las medidas adoptadas por la expansión del coronavirus, que son propensas a traducirse en reducciones de jornadas y de salarios.
En este sentido, la crisis del COVID-19 también traerá consigo grandes pérdidas de ingresos para los trabajadores. En el mejor escenario, las pérdidas se estiman en 860.000 millones de dólares (934.400 millones de euros), mientras que en el mejor, alcanzarían los 3,4 billones de dólares a finales de este año. Esto provocará caídas en el consumo de bienes y servicios afectando a las perspectivas de las empresas y las economías.
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