Estas previsiones del FMI están sujetas a una “incertidumbre extrema”, como reconoce el propio organismo, ya que es imposible predecir el comportamiento de la pandemia del coronavirus. Sin embargo, la lectura concluyente que se extrae es que la crisis será más profunda y duradera en España y otros países con grandes vulnerabilidades, como Italia o Grecia.
En el conjunto de la eurozona, la tasa de paro ascenderá hasta el 10,4%, 10 puntos menos que en España. No solo el nivel que se alcanza es inferior, también la subida, ya que mientras en España avanzará el desempleo en casi siete puntos, en la eurozona lo hará en menos de tres puntos. Esta destrucción de empleo diferencial marcará la profundidad de la crisis y también el ritmo de la recuperación, ya que los países que más tejido productivo pierdan tardarán más tiempo en recuperar las cifras precrisis.
El resultado de estos factores es que el paro se volverá a disparar en España, hasta alcanzar el 20,8% de media anual este ejercicio, según las previsiones del FMI, el dato más alto desde 2015. El desempleo subirá en casi siete puntos a lo largo del año, y en el segundo trimestre, el más afectado por la pandemia, podría incluso superar el 21%. Esto sin tener en cuenta a los trabajadores afectados por ERTE, ya que ellos figuran en las estadísticas como ocupados.
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