La pandemia de coronavirus Covid-19, sin embargo, ha dado al traste con este escenario y, mientras el Fondo Monetario Internacional (FMI) prevé ya un descalabro del 8% del PIB español en este ejercicio, el Consejo General de Economistas y el Registro de Economistas Asesores Fiscales (REAF) avanzaban ayer que, con que la economía caiga un 5%, el descenso de la recaudación de impuestos en 2020 será de 40.000 millones de euros.
“Es un desplome tremendo”, valoraba ayer Luis del Amo, secretario técnico del REAF, en un encuentro telemático con prensa sobre la situación fiscal en el que ilustró que este retroceso en los ingresos devuelve al país a los niveles de recaudación más bajos desde el año 2013.
Al igual que ocurre con el descenso previsto del PIB, la verticalidad de la caída de los ingresos no tiene precedentes en la democracia española. De cumplirse, la pérdida de 40.000 millones equivaldría a una caída de la recaudación del 18,8% sobre las cifras de 2019. El mayor batacazo hasta la fecha se había dado en 2009, cuando la anterior crisis supuso una rebaja de la recaudación del 17% (29.430 millones menos) que superó el retroceso ya registrado en 2008, del 13,6% (27.223 millones) tras los máximos alcanzados en 2007, año de culminación del boom económico.
En paralelo a este efecto, desde el Consejo General de Economistas recuerdan que el Gobierno ha anunciado la movilización de más de 120.000 millones de euros públicos. Aunque 100.000 son avales que no se llegarán a desembolsar salvo que las empresas financiadas con ellos impaguen a la banca, la reducción del tamaño del PIB y el alza de gasto que se da por segura podrían elevar ya el déficit público del 2,6% de 2019 al 11,88% (a 142.800 millones). Si eso le sumamos que “la recaudación, por la disminución de actividad y de rentas” caería al entorno de los 170.000 millones, se alcanzaría un déficit de unos 182.800 millones, equivalente al “15,21% del PIB, con el consiguiente incremento de deuda pública”, estiman.
Los cálculos del Consejo General de Economistas y el Reaf coincidieron en el tiempo con la publicación del informe fiscal del Fondo Monetario Internacional, que anunció que prevé que los ingresos públicos de España pasen este año del 39,3% del PIB al 36,8% (también en este caso una pérdida superior a los 30.000 millones de euros). A su vez, el aumento de gasto casi duplicaría ese montante, al pasar del 41,9% al 46,3% del PIB (55.000 millones más).
Como consecuencia de este desequilibrio, el FMI estima que el déficit público de España pasaría del 2,6% al 9,5% en 2021, una cifra algo más optimista que la de los economistas pero igualmente mayúscula. A partir de ahí, el rebote del PIB al 4,3% en 2021 permitiría rebajar el agujero fiscal al 6,7%. En cualquier de los dos escenarios, la explosiva mezcla de más gasto con menores ingresos parece garantizada.
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