Las horas previas al decisivo Consejo Europeo del próximo 23 de abril van a estar protagonizadas por propuestas, ideas y papeles sobre cómo financiar la recuperación de la economía europea tras la crisis del coronavirus. España ha dado un primer paso y ha propuesto un fondo europeo de 1,5 billones en un documento previo a la cumbre de esta semana, adelantado por El País y al que ha tenido acceso El Confidencial.
La propuesta del departamento de Nadia Calviño, vicepresidenta económica del Gobierno, va en línea con el ambiente general del debate en Bruselas: hace falta un fondo de más de un billón que se financie con bonos europeos. La cuestión es cómo estructurar esa idea.
La idea española son bonos perpetuos respaldados por el Banco Central Europeo (BCE) y cuyos intereses puedan pagarse con los recursos propios de la Unión Europea, y que deberían aumentarse con nuevos ingresos, como serían los impuestos europeos sobre el plásticos, sobre los gigantes europeos o sobre emisiones en frontera, posibilidades que se debaten para el futuro.
El objetivo sería “otorgar subvenciones a los Estados miembros a través del presupuesto de la UE en función de una clave de asignación nacional relacionada con el impacto de la crisis Covid-19”, reza el documento, que explica que ese impacto debería medirse con el porcentaje de población afectada, la caída del PIB o el aumento del desempleo.
El equipo de Calviño propone a los líderes europeos que el Fondo esté en marcha para comenzar su actividad el 1 de enero de 2021 y que debería funcionar durante los dos o tres primeros años del próximo Marco Financiero Plurianual (MFP), una idea compartida por Johannes Hahn, comisario de presupuesto, que también cifró en 1,5 billones el tamaño con el que debería contar el fondo.
El documento también pide que este fondo de recuperación se convierta en un “presupuesto del euro, que funcione como un instrumento de estabilización real”. El problema es que este debate es tremendamente corrosivo y puede minar una de las claves para que los nórdicos acepten esta propuesta: que esté claro que este Fondo y la emisión de bonos son claramente temporales. Temen que cualquier cambio puntual para hacer frente al Covid-19 acabe convertido en un cambio estructural de la Eurozona.
La Comisión Europea presentará en los próximos días una nueva propuesta para el MFP, cuyo primer borrador puso sobre la mesa hace ahora dos años con un tamaño del 1,11% de la renta nacional bruta (RNB). La batalla por el tamaño y por dónde habría que realizar los recortes bloqueó a los socios europeos durante los meses previos al inicio de la crisis del coronavirus.
Los nórdicos, liderados por Países Bajos, buscaban un presupuesto que se mantuviera en el 1% del RNB con recortes en las partidas tradicionales, mientras que países sureños, como España, y también del bloque del este, pedían un MFP más cercano a la propuesta de la Comisión Europea, manteniendo intactas las partidas que los nórdicos querían recortar: la política de cohesión y la Política Agraria Común (PAC).
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