El pleno del Congreso de los Diputados avaló este miércoles la tercera prórroga del estado de alarma por quince días más, hasta el 9 de mayo, gracias al apoyo de la mayoría de los grupos parlamentarios, a excepción una vez más de Vox y la CUP, a cuyo voto negativo se sumó el de Junts per Catalunya, mientras ERC y EH Bildu optaron por la abstención. Así, ante un hemiciclo semivacio se aprobó el decreto con 269 votos a favor, 60 en contra y 16 abstenciones.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, defendió la prórroga viéndola como un instrumento para ir relajando las restricciones, comenzando por el alivio del confinamiento de los menores, cuya gestión fue criticada duramente por la oposición. Así, el jefe del Ejecutivo fijó la segunda mitad del mes de mayo como “el horizonte de desescalada” y añadió que este decreto ahora habilita al Ministerio de Sanidad para modificar las decisiones sobre las medidas de aislamiento según el territorio.
El presidente afirmó que el plan que se está diseñando para poner fin al confinamiento será “lento y gradual” y advirtió que “cualquier optimismo hay que hacerlo con prudencia”, tras apuntar que es la primera vez que se solicita la prórroga vislumbrando la siguiente fase de la crisis.
En la sesión abundaron los reproches a la capacidad de respuesta del Ejecutivo a la pandemia, a lo que Sánchez respondió cifrando el impacto de las principales medidas adoptadas en algo más de un mes en 134.496 millones de euros, de los que, según el presidente, 124,877 millones se destinaron a medidas económicas; 4.624,39 millones, a sanitarias y 134,877, a laborales.
Sin embargo, el grueso del montante son los 100.000 millones de euros en avales del Instituto de Crédito Oficial (ICO) de los que en realidad el Estado no desembolsará nada a no ser que las empresas financiadas gracias a estas garantías incurran en impagos a la banca.
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