El mercado laboral español ha vivido el peor trimestre en siete años, con la destrucción de 285.600 puestos de trabajo en el primer trimestre, según la Encuesta de Población Activa (EPA). Es el peor dato desde que en 2013 se destruyeron 309.000 empleos y el cuarto peor de la serie, a pesar de que la encuesta solo recoge de forma muy parcial el impacto del coronavirus. La tasa de paro ha escalado hasta el 14,41%, 63 centésimas más.
La subida en el número de parados ha sido más contenida, 121.000, debido a la caída de la población activa: los trabajadores afectados por expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE) no computan como parados sino como ocupados. No obstante, la encuesta sí refleja un número que podría aproximarse a los afectados por ajustes temporales de empleo: hubo 509.800 personas más clasificadas como ocupadas, pero que dijeron no haber trabajado en la semana de referencia, hasta sumar 578.300. «El paro parcial por razones técnicas o económicas o la suspensión por expediente de regulación de empleo son las principales razones que explican este incremento», explica el Instituto Nacional de Estadística (INE).
Pese a ese dato que puede resultar orientativo, el INE insiste en que los empleados en situación de ERTE no se contabilizan como parados a no ser que el ERTE dure más de tres meses. Aunque si se tiene en cuenta que este medio millón de personas afectadas por paros parciales o ERTE correspondería solo la dos semanas, multiplicándolo por seis semanas, la cifra de afectados por ajustes temporales se acercaría más a los datos facilitados por el Gobierno (cuatro millones de trabajadores en ERTE).
Pero en la EPA, los afectados por ajustes temporales de empleo sí se tienen en cuenta, por el contrario, para el cómputo de las horas trabajadas. Estas se desploman un 4,25% en el trimestre. Asimismo, la imposibilidad de buscar empleo por el confinamiento puede explicar también parte de la fuerte caída de la población activa: 257.500 trabajadores han abandonado su condición de activos.
La encuesta, en todo caso, solamente recoge una pequeña parte del efecto del confinamiento sobre el empleo. El INE pregunta a los encuestados por su situación laboral en la semana anterior, por lo que solamente los individuos que respondieron en dos de las 13 semanas durante las que se realizó la encuesta lo hicieron con referencias al estado de alarma decretada desde el 16 de marzo. Por ello, los técnicos que han elaborado la encuesta precisan la influencia de la crisis sanitaria sobre la totalidad del trimestre «ha quedado diluida» al sacarse la media del trimestre.
No obstante, hay otros datos dentro de esta EPA que también podrían reflejar el fuerte empeoramiento del mercado en la segunda quincena de marzo. Es el caso, por ejemplo, de los hogares con todos sus miembros activos en paro, que crecen un 6% en 60.700, hasta las 1.073.800 familias, siendo el mayor aumento desde el cuarto trimestre de 2012.
En cualquier caso, la EPA del primer trimestre siempre es negativa para el empleo. Desde el año 2007, en plena burbuja inmobiliaria, todas las encuestas del primer trimestre del año han indicado destrucción de puestos de trabajo. La peor EPA de la historia se registró en el primer trimestre de 2009, con 770.000 empleados menos. Pese a todo, en el último año se crearon 210.100 empleos, lo que supuso un avance interanual de la ocupación del 1%, con lo que el ritmo anual de creación de puestos de trabajo se redujo a la mitad respecto al trimestre anterior.
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