Hernández de Cos ha tildado de «insuficiente» la respuesta dada a nivel europeo y ha incidido en que la «severidad, la temporalidad y la globalidad» de la perturbación demandan en una primera fase que las acciones sean «contundentes, acotadas en el tiempo y coordinadas».
«Parece razonable repartir entre el conjunto de la sociedad los costes que una parte de la ciudadanía ya está soportando de una forma muy directa», ha indicado, y ha pedido una agenda de reformas «ambiciosas» y el diseño «temprano» de una estrategia de consolidación fiscal a implementar cuando finalice la pandemia.
Para Hernández de Cos, el Banco Central Europeo «debe actuar para eliminar la posibilidad de episodios de fragmentación en la zona euro como los vividos en épocas pasadas». Ha explicado que la crisis del coronavirus supone una «situación inédita» caracterizada por «una magnitud de la perturbación elevadísima» con «los retrocesos del PIB más abultados en tiempos de paz»; por el carácter temporal de la crisis; y por su globalidad.
Alerta de que la duración de la perturbación será «más larga de lo pensado inicialmente» y que no se pueden descartar «cambios estructurales» en caso de que algunas consecuencias vayan más allá de dicha temporalidad.
Además, «la recuperación también depende de la de los socios comerciales» y, por tanto, debe ser «coordinada a escala internacional» y advierte que, debido al distinto impacto de la pandemia en cada país o región, la recuperación será «heterogénea», lo que puede retrasarla, y alertó de que «nada sería peor que recurrir a medidas proteccionistas».
Por ello, resalta la importancia de en la zona euro haya una acción coordinada «más allá de la política monetaria» y, por tanto, la necesidad de reforzar el proyecto europeo.
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