El BCE ha aumentado su arsenal contra el coronavirus. Si el mercado esperaba que ampliase su programa anticoronavirus (PEPP) en 500.000 millones, lo ha aumentando aún más, en 600.000 millones, además, ha prolongado su duración al menos hasta junio de 2021 y ha anunciado que reinvertirá la deuda que venza bajo el PEPP, como mínimo, hasta finales de 2022. Lagarde ha advertido de una «contracción sin precedentes» en la zona euro, cuyo PIB caerá un 8,7% este año.
El Banco Central Europeo (BCE) tenía puesto el listón muy alto y ha tratado de no defraudar aumentado más de lo previsto su munición para luchar contra la crisis provocada por el coronavirus. El mercado ha aplaudido de forma inicial el anuncio de la ampliación tanto en cuantía como temporal del Programa de Compras de Emergencia Pandémica (PEPP, por sus siglas en inglés), pero la euforia compradora ha durado poco.
La principal institución monetaria de la zona euro que preside Christine Lagarde ha decidido en su reunión telemática aumentar de forma «unánime» en 600.000 millones de euros adicionales el plan de estímulos del BCE para combatir la crisis del coronavirus que nació el pasado 18 de marzo con una dotación de 750.000 millones de euros. Este importe es 100.000 superior a lo previsto por el consenso del mercado. De manera que el BCE destinará un total de 1,35 billones de euros a las compras de deuda de emergencia para luchar contra la crisis ocasionada por el coronavirus.
Asimismo, el PEPP estaba previsto que se usara a lo largo de este año de «forma flexible» (matización que hoy ha repetido Lagarde) en la compra de bonos públicos o privados, préstamos y pagarés, pero hoy el BCE ha prolongado su vigencia seis meses más, «al menos hasta junio de 2021 o hasta que termine la crisis del coronavirus», ha indicado Lagarde para añadir que el PEPP «es el mejor instrumento en este momento y es un programa muy exitoso».
Otro dato importante que ha dado el BCE es que reinvertirá la deuda que vaya venciendo comprada bajo el paraguas del PEPP, como mínimo, hasta finales de 2022. Esto significa que esos 1,35 billones de deuda que comprará con su programa anticoronavirus hasta junio de 2012 saldrán de circulación durante un tiempo. Además, las reinversiones dan al banco central más tiempo para volver a converger hacia la clave de capital, algo que se traduce en flexibilidad para comprar deuda o pagarés de los países más perjudicados por la pandemia, como ha hecho hasta el momento en el caso de España o Italia.
La francesa se ha mostrado contundente respecto a la reciente sentencia del Tribunal Constitucional alemán que falló en contra de los programas de compra de deuda soberana del BCE liderados por Mario Draghi entre 2015 y 2018. Lagarde ha recomendado al Constitucional germano leerse las actas de la reunión de hoy para comprobar que «sus estímulos son proporcionales» y ha confiado en que se llegue a una solución para que nunca se ponga en duda la independencia del organismo monetario europeo ni la primacía de la Ley europea.
Por otro lado, Lagarde ha reiterado la disponibilidad de la entidad que preside a usar «todas las herramientas que sean necesarias» para cumplir su mandato y hacer que la política monetaria de la entidad se transmita sin dificultades a todos los rincones de la eurozona. Asimismo, ha reiterado la disposición del BCE para ajustar sus instrumentos en función de las necesidades. La francesa también ha dado la bienvenida al fondo de recuperación propuesto por Bruselas y dotado con 750.000 millones de euros.
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