El Banco de España ha desmontado, con datos, la excusa blandida por la facción podemita del Gobierno para subir impuestos: la brecha recaudatoria de España con la UE no es de 80.000 millones de euros, como sostuvo recientemente la ministra de Trabajo -que no de Hacienda- Yolanda Díaz. En la versión ampliada del informe sobre el que versó la comparecencia del gobernador de la institución, Pablo Hernández de Cos, el pasado martes en la Comisión de Reconstrucción, se cifra la citada brecha recaudatoria con Europa en el entorno de dos puntos del PIB, lo que equivale a unos 25.000 millones de euros, muy por debajo de los cálculos que esgrime Díaz como pretexto para subir la tributación «de los que más tienen».
Un extremo éste, además, que según los fiscalistas tampoco es correcto en el argumentario de la formación morada, ya que precisamente las rentas altas son las que más pueden movilizarse ante la amenaza de alzas fiscales. Es más, según el documento del organismo supervisor, ni el IRPF ni las cotizaciones son responsables de que España recaude menos, en porcentaje de PIB, que nuestros socios europeos: «El IRPF y las cotizaciones sociales no contribuyen significativamente a la brecha recaudatoria con la UEM, si bien es cierto que las cotizaciones sociales que recaen sobre los empleadores en España son superiores al promedio europeo», reza el informe.
Ello explica por qué De Cos identificó los tramos bajos del IVA como una opción para elevar la recaudación, en ningún caso en la coyuntura actual, azotada por la pandemia del coronavirus Covid-19 y las medidas de confinamiento e hibernación, sino cuando la recuperación económica sea sólida. La tesis que defiende Díaz como pretexto para elevar los impuestos adolece de numerosas lagunas, según los expertos.
Por un lado, no contempla todos los factores que afectan a la recaudación. Mide la llamada presión fiscal a través de un porcentaje resultando de calcular el peso de los ingresos tributarios totales sobre el PIB. Y, efectivamente, ahí España está por debajo de la media de la zona euro, pero el dato omite que nuestras arcas públicas logran recaudar esa cifra pese a que más del 90% del tejido productivo está basado en micropymes, a arrastrar unas tasas de paro que más que duplican la media europea y a tener una economía sumergida un 20% superior a la de nuestros vecinos, explica el economista y gestor de inversiones Daniel Lacalle. No comparemos la recaudación española con la alemana si nuestro paro es del 14,5% y el germano del 5%, remarca Lacalle.
No sólo eso. En el cálculo de recaudación sobre PIB, no sólo afecta el importe del numerador sino el del denominador. Y el PIB sube cuando hay más gasto público. Luego si las políticas del Gobierno elevan el gasto minoran el peso relativo de la recaudación sobre el dato de contabilidad nacional sin que medie una eficacia recaudatoria inferior. En este sentido, el profesor de Economía Aplicada de la URJC Miguel Cuerdo Mir explica que en la diatriba sobre la medición de la recaudación no se puede olvidar nunca que es un baremo relativo.
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