Más allá, el análisis de la serie histórica arroja que este colectivo se ha visto incrementado en un 150% desde 2013, más que duplicando su número total en el periodo de recuperación económica que siguió a la crisis financiera. Un periodo, según demuestra la estadística de declarantes del IRPF publicada este miércoles por la Agencia Tributaria, en el que el número de contribuyentes del tramo más alto de rentas se ha multiplicado.
Los incrementos también son pronunciados en el resto de tramos de rentas altas. Los con contribuyentes que perciben entre 60.000 y 150.000 euros anules han crecido un 39,4% desde 2013 (un 7,8% en el último año, hasta sumar 743.265; y los que obtienen entre 150.000 y 600.000 euros anuales se han elevado un 71,7% (11,4% en el año) hasta los 100.561.
De esta forma, el conjunto de contribuyentes con rentas superiores a los 60.000 euros alcanza ya los 855.193 (un 43,4% más desde 2013 y un 8,4% frente a 2017) situándose en niveles superiores incluso a los alcanzados antes del estallido de la crisis financiera de 2008. Ya en términos generales, el año pasado quedaron sujetos al IRPF 20,6 millones de contribuyentes, con unas rentas medias de 23.621 euros anuales y una aportación media de 5.942 euros al fisco.
Analizando por tramos, el grupo más voluminoso es el que percibe entre 12.000 y 21.000 euros al año, que cuenta con 4,6 millones de personas (22,5% del total), pero solo aporta un 8,74% de toda la recaudación. En realidad, el grueso de la carga fiscal se asienta en los perceptores de rentas de entre 21.000 y 150.000 euros al año, que suponiendo solo el 38% de todos los contribuyentes, aportan a las arcas públicas el 72,5% del total de recursos.
En paralelo al fuerte incremento de las rentas altas, en el ejercicio fiscal 2018 también aumentó el número de contribuyentes que perciben un máximo de 1.000 euros mensuales, pasando de 7,4 a 8,02 millones de personas, el 38,9% de todo el colectivo sujeto al IRPF.
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