En el segundo trimestre de este año, el PIB del país asiático creció un 3,2% interanual -superando los pronósticos de los analistas, que esperaban un 2,5%-, mientras que en el primero se había desplomado un 6,8% en lo que fue la primera caída del producto interior bruto chino desde 1976, como consecuencia del impacto de la crisis del coronavirus.
La ONE destacó que «en el segundo trimestre el crecimiento económico pasó de ser negativo a positivo», en un contexto de reactivación de la economía tras el parón provocado por el coronavirus, y que «las expectativas de mercado son buenas, en general».
Debido a la crisis del coronavirus, la Asamblea Nacional Popular (ANP, el Legislativo chino) decidió en su reunión anual -pospuesta de marzo a mayo precisamente por el virus- no marcarse un objetivo fijo de crecimiento para el presente ejercicio, como había hecho en los años anteriores con la excepción de 2019, cuando anunció como objetivo una horquilla de entre el 6% y el 6,5%.
En términos nominales, la riqueza total de China en el primer semestre de este año se situó en los 45,66 billones de yuanes (6,53 billones de dólares, 5,72 billones de euros). También se hicieron hoy públicas otras estadísticas semestrales como las ventas minoristas, que retrocedieron un 11,4%, o la producción industrial, que disminuyó un 1,3 % en la primera mitad del año. La inversión en activos fijos cayó un 3,1%, y la inversión inmobiliaria subió un 1,9% interanual en el mismo periodo.
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