El BCE ha cumplido el guión al ceñirse exactamente a lo previsto. Ha mantenido inalterados todos sus instrumentos de política monetaria ordinarios (tipos al 0% y facilidad al -0,5%) y los extraordinarios para dejar actuar sobre la economía toda la munición que ha puesto en marcha desde comienzos de año ya que es «efectiva, adecuada y está funcionando». Además, ha confirmado que usarán todo el PEPP y que las perspectivas son «muy inciertas».
Es julio y el BCE (Banco Central Europeo) ya ha hecho muchos debes desde comienzos de año, al regar a la economía europea con dinero extra en tres ocasiones desde comienzos de año. Ahora debe esperar a que la ‘medicina’ haga efecto. De hecho, la presidenta del BCE, Christine Lagarde, ha asegurado que todas las medidas puestas sobre la mesa son «efectivas, adecuadas y están funcionando», a la vez que están siendo «un crucial apoyo» para la recuperación de la zona euro y para cumplir con su objetivo de la estabilidad de precios.
Además, hoy el mercado está más pendiente de la cumbre de líderes europeos que comienza mañana que de otra cosa, como ha quedado patente durante la rueda de prensa del BCE. Una cumbre en la que la UE «debe alcanzar un acuerdo rápido y ambicioso», según ha dicho Lagarde. La presidenta del BCE ha insistido en la necesidad y la urgencia de un importante estímulo fiscal que ayude a salir de la crisis y que, a su vez, complemente las medidas tomadas por el organismo que capitanea.
Lagarde espera que el fondo se componga de subvenciones, en una proporción mayor, y de préstamos, para ayudar a los países más afectados por la pandemia. La Comisión Europea ha propuesto un fondo de 750.000 millones de euros, de los cuales 500.000 millones se desembolsarían en forma de subvenciones a fondo perdido y 250.000 millones como préstamos. Pero los llamados ‘frugal four’, es decir los países ahorradores (Holanda, Austria, Dinamarca y Suecia) se niegan a abrir la financiación a los países del sur.
Por otro lado, Christine Lagarde ha advertido que las «perspectivas continúan siendo muy inciertas» y las «presiones sobre los precios seguirán muy débiles». Ha asegurado que los datos apuntan a una reanudación de la actividad que está aún por debajo de los niveles precoronavirus. Lagarde ha indicado así en la rueda de prensa que es «necesario un amplio estímulo monetario» ya que la recuperación está en una «fase temprana» y es «irregular». Además, ha asegurado que la contracción del PIB en el segundo trimestre estaría en línea con las proyecciones del organismo monetario.
En cualquier caso, esperan un repunte del crecimiento en el tercer trimestre del año, pero asegura que «la escala y la velocidad del repunte en ese trimestre son inciertos». Eso sí, ha reconocido que la economía pudo tocar fondo en abril, pero los riesgos siguen «a la baja» y la inflación retrocederá en los próximos meses.
Dada la incertidumbre que se estaba generando en los últimos días sobre el uso de su programa anticoronavirus, Lagarde ha dicho que «salvo que haya sorpresas positivas importantes, usaremos la totalidad del PEPP», tras conocerse las últimas cifras del banco central que muestran que, en efecto, ha reducido su volumen de compras en las últimas semanas. Su explicación es que estas adquisiciones mermaron porque los mercados han estado más estables y porque se ha reducido el riesgo de fragmentación.
La francesa ha reconocido que según sus estimaciones las medidas que han tomado aportarán un 1,3% al PIB del bloque y un 0,8% a la inflación hasta 2022, pero se ha mostrado preocupada por la posibilidad de una segunda ola de la pandemia y ha dicho que las previsiones base del organismo que preside tienen en cuenta una potencial segunda ola. Por otro lado, Lagarde ha urgido a los gobiernos esfuerzos para acelerar la recuperación. En otro orden de cosas, Lagarde ha dicho que la revisión de la políticas del BCE finalizará en el segundo semestre de 2021.
El Consejo de Gobierno no ha discutido hoy el conocido como ‘tiering’, es decir, la actual asignación para que los bancos europeos pongan seis veces las reservas mínimas de nuevo en el BCE al 0%. Según ha manifestado Lagarde, ha funcionado bien, con lo que no tienen la necesidad de elevar el volumen de dinero aparcado en las arcas del BCE que no tiene penalización.
En cuanto a la política monetaria ordinaria del BCE, ha mantenido los tipos de interés sin cambios en el mínimo histórico del 0%, al igual que la facilidad de depósitos, que continuará en el -0,5%.
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