El acuerdo europeo para el fondo de reconstrucción alcanzado en la madrugada de ayer en Bruselas permite a Moncloa subir los impuestos en España. El pacto de los líderes europeos para desbloquear las ayudas remite a las directrices fiscales de la Unión Europea. Los documentos europeos avalan desde hace años una subida impositiva en España, sobre todo en materia de impuestos indirectos, como el IVA, e impuestos especiales.
Además, el acuerdo de Bruselas reafirma su hoja de ruta en materia fiscal recogida en los últimos Semestres Europeos, el documento que recoge las directrices aprobadas en la Comisión Europea. En concreto, prevé la creación del nuevo impuesto a los servicios digitales, conocido como la Tasa Google, y el impulso de los denominados impuestos verdes.
En sus informes anuales sobre reformas tributarias, la Comisión Europea mantiene desde hace años que España tiene un nivel relativamente bajo de carga fiscal y por tanto cuenta con margen para aumentar los impuestos. De hecho, Bruselas ha recomendado en varias ocasiones restringir la aplicación de los tipos de IVA reducido y las exenciones a este impuesto. Además, recomienda introducir más impuestos medioambientales dirigidos a reducir las emisiones de CO2 y tomar medidas para mejorar el cumplimiento de las obligaciones tributarias por parte de ciudadanos y empresas.
Bruselas busca así mejorar sus recursos propios para afrontar la crisis del coronavirus Covid-19. De esta manera, la Comisión Europea presentará, a modo de recursos propios adicionales, propuestas relativas a un mecanismo de ajuste en frontera de las emisiones de carbono y a un impuesto digital, con vistas a su instauración antes del 1 de enero de 2023.
Según recoge el acuerdo firmado este martes de madrugada por los líderes europeos, la primera medida fiscal, aplicable a partir del 1 de enero de 2021, será la instauración de una nueva contribución de los países calculada según el peso de los residuos de envases de plástico que no se reciclan, con un tipo de referencia de 0,80 euros por kilogramo. Además, el documento prevé un impuesto sobre las transacciones financieras. Los ingresos se utilizarán para el reembolso anticipado de los empréstitos contraídos en el marco de Next Generation EU.
La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, confirmó tras conocer el resultado de estas negociaciones en Bruselas, que Moncloa mantiene su hoja de ruta fiscal. Preguntada sobre la condicionalidad de los recursos europeos, Montero explicó que se trata de impulsar una serie de «transformaciones» de los vectores de impulso en materia de transición ecológica, digital e inclusión social y los requisitos forman parte de las recomendaciones de país que Bruselas ha formulado en los últimos meses, que pasan por el refuerzo de la capacidad del sistema sanitario; medidas para preservar los puestos de trabajo, como los Erte; liquidez a pequeñas y medianas empresas, como los créditos ICO; inversión para transición ecológica e impulso digital. «Estamos alineados con esas reformas que se planteaban en el informe de recomendaciones a los países», subrayó la ministra.
Montero defendió el impulso de una «profunda» revisión de la fiscalidad para estudiar las figuras más diferenciadas del resto de Europa y la capacidad de rendimiento «óptimo». A su juicio, «sería una contradicción pedir recursos y no ser capaces de optimizar como nación aquello que tenemos capacidad de alcanzar por el simple hecho de revisar las figuras tributarias».
En este sentido, indicó que durante las negociaciones se ha puesto de manifiesto la necesidad de recursos propios de la UE, y se trabaja en el impuesto digital, a las transacciones financieras, en fiscalidad medioambiental o el impuesto de carbono en frontera, que el Gobierno considera «imprescindible» para la fiscalidad europea y española. «Estamos alineados con las propuestas que el conjunto de países está planteando», apuntó.
Sin embargo, los países europeos siguen una línea distinta. La rebaja de impuestos de Alemania e Italia ya alcanza los 59.100 millones de euros. Berlín prepara un nuevo plan fiscal para familias y rentas altas. La canciller Angela Merkel reduce la base de contribuyentes que pagan el tipo máximo en IRPF. Por su parte, a la espera aún de concretar su plan, Roma recorta tributos ya por 17.100 millones.
En España, por el contrario, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, reconoció que tendrá que subir impuestos y llevar a cabo una reforma fiscal, «dada la situación de deuda y déficit público en el que España se encuentra como consecuencia del coronavirus».
Por su parte, la propuesta del Gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, en materia fiscal es, además de los ajustes, revisar los bienes y servicios vinculados a los tipos reducido -del 10%- y superreducido -del 4%- del IVA para mejorar la recaudación.
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