Los hogares españoles son los que más sufrieron en el primer trimestre del año el impacto económico de la pandemia. Su renta disponible per cápita retrocedió un 3,22% entre enero y marzo, la mayor caída de todas las registradas en la base de datos de países de la OCDE. Es más: la media de las familias de la OCDE incluso aumentó sus rentas un 0,1%. Estos datos pueden en parte explicarse por la mayor dureza de las medidas de confinamiento tomadas y porque el virus se expandió antes por España e Italia.
Las rentas de los hogares italianos perdieron un 1,8%. Aunque se trata de una pérdida menor que la de España, también supuso una caída importante. El estado de alarma se declaró en el territorio español el 14 de marzo. Es decir, bastó con una quincena de hibernación de la actividad para que los bolsillos de los ciudadanos españoles acusasen el mazazo. Y a pesar de que la pandemia se propagase en Italia unos días antes, las restricciones se circunscribieron en esas fechas al norte del país transalpino. También ha podido influir en el hecho de que España se comportase peor la capacidad de las empresas para hacer teletrabajo y la composición de la estructura productiva. Básicamente, allá donde hay más necesidad de contacto para trabajar es donde la economía puede resentirse más. Y la economía española depende más que la italiana del turismo, la hostelería y las actividades de ocio.
La propia Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) ya elaboró un informe en el que apuntó que España es el país con una mayor proporción de puestos de trabajo que conllevan riesgo de contagio por coronavirus. El organismo estimaba que el 56% de sus empleos requieren contacto físico o proximidad al público frente a una media de la OCDE ligeramente inferior al 50%.
Dicho esto, en otros países también menguaron las rentas de los hogares, pero bastante menos: en Alemania, un 1,2%; en Reino Unido, un 0,7%; en Francia, un 0,3% y en Canadá, un 0,2%. “Todas las siete grandes economías vieron caídas en el primer trimestre salvo Estados Unidos”, señala la nota de la OCDE.
No obstante, el think tank de las economías avanzadas subraya que otros países registraron crecimiento de los ingresos de las familias en el mismo periodo: Australia (0,5%), Bélgica (0,7%), Finlandia (1,2%), Grecia (0,8%), Irlanda (0,7%), Holanda (1,6%), Eslovenia (1,5%) y Suecia (1,3%). Estos datos de renta por hogar ponderan los miembros de la unidad familiar, restan los impuestos y suman las ayudas sociales.
Por otra parte, el organismo también destaca que las caídas de rentas de las familias fueron bastante menores que las anotadas en PIB per cápita. Y eso lo achaca sobre todo a los planes que adoptaron los Gobiernos para proteger las rentas de los trabajadores. En Francia, por ejemplo, el PIB por habitante cayó un 6%, muy por encima del 0,3% que perdieron las familias. En la media de la OCDE, mientras que el PIB per cápita descendió un 2%, las rentas por cabeza de las familias crecieron un 0,1%. En España el PIB por habitante se hundió un 5,6% entre enero y marzo. En cambio, la renta per cápita de los hogares solo se desplomó un 3,22%.
Según se desprende de estos datos, parece que los españoles consiguieron paliar el golpe para las economías familiares con un resultado no muy distinto al de la media de la OCDE. Entre otras medidas, el Gobierno aprobó en esos días facilitar y financiar los ERTE, que en muchos casos han cubierto al menos un 70% del sueldo. Eso sí: Francia destaca como el país que mejor logró contener el impacto para los hogares. Italia también figura mejor que España en estos números al perder un 5% en PIB y solo un 1,8% en ingresos.
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