El mercado interbancario se ha transformado en una balsa de aceite, una vez superadas las perturbaciones que estallaron en marzo por el Covid-19. Entonces, el euríbor a tres meses, la referencia más empleada en los créditos a empresas, comenzó una fulgurante subida. Se disparó hasta el -0,161% que marcó el 23 de abril. Pero ya ha vuelto a la calma, y ayer se hundió hasta el -0,491%, un nuevo mínimo histórico.
El importe de los créditos vinculados al euríbor a todos sus plazos alcanza los 180 billones de euros en todo el planeta, según el Instituto Europeo de Mercados Monetarios (EMMI, por sus siglas en inglés), el actual administrador de la referencia. El importe es unas 180 veces el PIB español. La cuantía de las hipotecas cuyo precio depende el euríbor supera de lejos, además, el billón de euros, según el EMMI.
Una de las grandes preocupaciones de los bancos centrales de todo el mundo son los índices de referencia. Son cruciales para fijar el precio de los préstamos. De los hipotecarios, por supuesto, pero también de los que se conceden a las empresas.
Los más relevantes son el euríbor en los plazos de una semana, un mes, tres, seis y doce meses –este último es el más habitual en las hipotecas españolas, con un saldo vivo que ronda los 400.000 millones –, y el líbor, tanto en dólares como en libras. Estos dos últimos índices están en plena transición y previsiblemente serán sustituidos el próximo año para blindarlos de posibles manipulaciones.
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