El Gobierno de coalición presentará a los partidos políticos del Congreso una propuesta fiscal que conllevará subidas de impuestos a las grandes rentas y a los patrimonios de más de 10 millones de euros, y que se reflejaría en unos Presupuestos para 2021 muy expansivos.
La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, y el secretario de Estado de Derecho Sociales y dirigente económico de Unidas Podemos, Nacho Álvarez, están a punto de cerrar un plan fiscal que no renuncia a subir impuestos a los más ricos, aunque descarta crear un impuesto especial a las grandes fortunas, como pedía Podemos, y se centra más en avanzar hacia una mayor progresividad tributaria.
Fuentes cercanas a la negociación han señalado que los elementos nucleares del acuerdo de Presupuestos están muy avanzados y que se basan en la estructura del acuerdo económico firmado entre PSOE y Unidas Podemos para esta Legislatura, aunque la gran reforma fiscal se acometerá en período de recuperación económica.
Las cuentas públicas de 2021 tendrán un límite de gasto no financiero o techo de gasto «bastante elevado», según señalan otras fuentes del Gobierno de coalición, ya que los fondos europeos dan margen para poder aumentarlo, al menos en 20.000 millones de euros más cada año si se distribuyen en seis años los 140.000 millones previstos para España.
El Ejecutivo empezará a negociar en los próximos días con los partidos políticos el techo de gasto y la nueva senda de déficit, con la intención de aprobarla en Consejo de Ministros a finales de septiembre para ser tramitada en el Congreso y en el Senado antes del 15 de octubre, fecha en la que hay que mandar a Bruselas el esbozo del proyecto presupuestario y el plan nacional de reformas ligado a la percepción de los fondos europeos.
La vicepresidenta primera del Ejecutivo, Carmen Calvo, y el vicepresidente segundo y líder de Podemos, Pablo Iglesias, han iniciado esta semana una primera toma de contacto presupuestaria con los dirigentes de los partidos políticos en el Congreso y continuarán la próxima semana. El PP ya ha anunciado que no apoyará unos Presupuestos que reviertan la reforma laboral y suban impuestos, mientras Ciudadanos abre la puerta a pactar unas cuentas siempre que no estén ERC ni EH Bildu.
La formación naranja no comparte tradicionalmente la política fiscal del PSOE ni de Unidas Podemos, pero es consciente de que hay impuestos que deben modificarse, por lo que tendrá que pronunciarse sobre los «matices y ajustes» fiscales que proponga Hacienda, entre ellos la subida al 1 % del impuesto de Patrimonio para las fortunas de más de 10 millones de euros.
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