Vuelta al cole también en el sector legal. Tras el verano, el retorno a las oficinas se impone como la opción mayoritaria en los grandes despachos. Eso sí, cumplimiento estrictos protocolos que incluyen, en tres de cada cuatro bufetes, turnos de trabajo para garantizar en las sedes la distancia de seguridad y el respeto al aforo máximo. Algunos, incluso, van más allá y han creado, como en los centros escolares, los conocidos como grupos burbuja: equipos estancos de profesionales que no tienen contacto entre sí. De este modo, de darse un contagio o un caso sospechoso, el aislamiento solo se impondría a la parte de la plantilla de la que forma parte el afectado.
Que el retorno sea la opción preferente en el sector supone un cambio con respecto a la situación vivida hasta julio. Antes de las vacaciones, si bien ya existía una fuerte presión para retomar cierta presencialidad (algunos despachos admitían que el negocio estaba sufriendo una ralentización), en la mayoría de firmas se imponían las tesis de quienes abogaban por extremar la cautela ante el riesgo sanitario. A partir de septiembre, a pesar de las dudas provocadas por el recrudecimiento de la pandemia y la incertidumbre en torno a la vuelta a los colegios, la reincorporación a las oficinas se ha convertido en una obligación expresa o tácita para muchos abogados.
Entre los despachos consultados que han adoptado el sistema de turnos, una mitad ha optado por alternar semanas (Uría Menéndez, Baker McKenzie, CMS Albiñana & Suárez de Lezo, Latham & Watkins, Hogan Lovells o Ceca Magán) y los otros días. Así lo establecen, por ejemplo, los protocolos diseñados por Garrigues, Roca Junyent y Grant Thornton.
También el de Linklaters, desde donde relatan que han creado dos equipos, los alfas y los bravos. Uno trabaja lunes y miércoles, y el otro martes y jueves; y los viernes se alternan. Mismo sistema de organización que aplican Bird & Bird y Allen & Overy. En el caso de este último, los grupos se llaman allen y overy, y alternan, por semanas, lunes, miércoles y viernes, y martes y jueves. Cuatrecasas, por su parte, ha optado por un modelo híbrido, que empezará a aplicar el lunes 28 de septiembre en su oficina de Madrid y desde hoy en el resto de sedes: un grupo trabaja de lunes a miércoles y el otro jueves y viernes. Y, la semana siguiente, al revés.
¿Qué opción es mejor? Quienes defienden la alternancia de días explican que, aunque para la organización personal de los abogados puede ser más incómodo, el sistema mantiene a toda la plantilla más conectada con la firma y sus compañeros. Y les obliga, además, a permanecer en su primera residencia. Uno de los efectos nocivos del teletrabajo, según varios bufetes, fue la desconexión y el aletargamiento que detectaron de algunos equipos y letrados.
Estas normas, no obstante, también plantean algunas dudas sobre su efectividad. Como se pregunta un profesional de uno de los bufetes que ha establecido grupos burbuja: «¿Cómo evitarán que dos personas de la firma, si son amigos, pero no comparten turno, se vean fuera del despacho? ¿Van a prohibir quedar?».
Entre las firmas que mantienen el teletrabajo como sistema preferente de organización se encuentran Clifford Chance, Freshfields (que volvió a esta opción tras haber avanzado en julio a un sistema de turnos), Simmons & Simmons y Ejaso ETL Global (hasta octubre). En Ecija y DLA Piper dan libertad para que cada departamento elija cómo operar dentro del protocolo general de la firma. Y, por último, destaca la opción de Pérez-Llorca, que apuesta por la actividad presencial, sin turnos, pero con estrictas medidas de seguridad, salvo para los empleados pertenecientes a grupos de riesgo o con necesidades de conciliación.
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