El Gobierno certificó ayer que la crisis del coronavirus en España está resultando aún más devastadora de lo que calculó en primavera al actualizar a la baja su cuadro de previsiones macroeconómicas como paso previo al impulso del plan presupuestario para 2021. Los nuevos cálculos del Gobierno, presentados tras el visto bueno del Consejo de Ministros por la vicepresidenta de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, constatan que la recesión es más profunda; el déficit y la deuda generada, más abultados; y que la reactivación es más incierta de lo que el Ejecutivo había trasladado a Bruselas en mayo.
Sin embargo, y aunque admite que la recuperación tardará años, concede mayor potencia al rebote inercial de la economía en 2021 y estima que el Plan de Recuperación que presentará hoy el presidente del Gobierno, la hoja de ruta de la inversión que se hará con las ayudas europeas, impulsará el PIB casi a doble dígito el próximo año.
En concreto, el Ejecutivo asume ahora que el PIB español pasará de crecer un 2% en 2019 a desplomarse un 11,2% este año, frente al 9,2% estimado inicialmente, acercándose ya a la previsión de caída del 12% que dan el grueso de analistas.
La salida de esta sima arrancaría en 2021, cuando la recuperación será solo parcial, con un crecimiento económico inercial del 7,2%, frente al 6,8% anteriormente apuntado. Sin embargo, el Gobierno estima que los 27.400 millones de euros en ayudas europeas que aspira a recibir el año que viene, podrían incrementar el alza del PIB de 2021 en 2,6 puntos más, hasta el 9,8%, gracias al Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia que se anunciará hoy.
El nuevo cuadro macroeconómico suaviza las cifras de empleo, con una caída del 8,4% en 2020 (en lugar del 9,7%) y una recuperación del 5,6% en el próximo año, que hará que la tasa de paro salte del 14,1% al 17,1% este año (en vez de hacerlo al 19%) y baje al 16,9% en 2021. El plan de recuperación, eso sí, podría impulsar el empleo un 7,2% y rebajar el paro al 16,3%.
Del lado de las cuentas públicas, en un momento en que la Unión Europea ha suspendido las reglas fiscales en 2020 y 2021 a fin de animar la reactivación económica, el Gobierno prevé que el déficit se dispare del 2,8% del PIB de 2019 al 11,3% este año, frente al 10,3% que había asumido a priori. Como consecuencia, la deuda pública saltaría del 95,5% al 118% en 2020, y no el 115,5% antes planteado. De cara al próximo año, el Gobierno confía en que el agujero fiscal se relaje ya al 7,7%, aunque no detalló qué parte de la mejora será inercial y cuál debido a la mejora de ingresos que prevé lograr con los nuevos Presupuestos.
Aunque no ofrece cifras para los años siguientes, el Ejecutivo asume que la recuperación inercial no se daría antes de 2024, aunque estima que su plan de medidas podría acelerar la vuelta a los niveles de 2019 a 2022. Calviño defendió que las medidas ya desplegadas por el Gobierno, incluyendo el uso de los ERTE para contener la destrucción de puestos de trabajo, los avales públicos para facilitar financiación a las empresas, o las diversas ayudas sociales concedidas, han permitido evitar una caída del 25% del PIB este año y la destrucción de 3,5 millones de empleos.
Así, ilustró, tras la caída del 5,2% del PIB en el primer trimestre, y del 17,8% en el segundo, la economía avanzó en torno a un 13% en el tercero y 2,7 de los 3,4 millones de afectados por ERTE se han reincorporado ya a sus empleos. Calviño admitió que impera la incertidumbre y que los rebrotes del virus son un riesgo, pero dijo que este es superable si se toman medidas a tiempo.
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