La euforia desatada ayer tras los resultados de la vacuna de Pfizer da paso a la recogida de beneficios. Tras anotarse la mayor subida en una década, del 8,57%, el Ibex y el resto de mercados europeos y estadounidenses apuntan al rojo. Los futuros de Wall Street caen cerca del 0,5% y los del Euro Stoxx 50 se dejan un 1,2%. Una vez despejado el panorama político en EE UU, la noticia de que Pfizer ha conseguido excelentes resultados con su vacuna experimental contra el Covid 19, con una eficacia en humanos del 90%, se recibió con entusiasmo por los inversores.
Aunque aún falta largo trecho para que la vacuna reciba visto bueno definitivo y pueda ser suministrada a gran escala, el horizonte ya es alentador y los inversores empiezan a poner fecha a la crisis de la pandemia. Las expectativas económicas en esta recta final de año están ligada a la intensidad de los rebrotes y las restricciones. La posibilidad de que haya una vacuna cercana, puede elevar la confianza de los ciudadanos y maquillar en parte el desastre económico.
La deuda también sufrió la sacudida y el repentino apetito de los inversores por más riesgo penalizó el precio y disparó la rentabilidad. El rendimiento del bono estadounidense a 10 años, que ayer alcanzó el 0,924%, si bien este martes se ajusta al 0,91%. En el mercado de materias primas también se reflejó ayer la alegría. El barril de petróleo Brent cerró con un alza del 7,5%, y este martes cede un 1% hasta situarse en torno a 42 dólares. El euro por su parte avanza un 0,1% hasta situarse en 1,182 dólares.
El anuncio de la existencia de una vacuna exitosa para luchar contra el Covid-19 anticipa, con todas las cautelas posibles, un cambio en el timón de la economía mundial. Tras un 2020 que pasará a la historia como el año del Gran Confinamiento, la publicación de los datos preliminares por parte de Pfizer y su socio alemán BioNTech abren la puerta a vislumbrar una futura recuperación de la actividad económica.
“El anuncio de Pfizer pone una fecha límite de esta pesadilla”, asegura Raymond Torres, director de coyuntura y economía internacional de Funcas, para quien la posibilidad de una vacuna implica que además del “efecto directo sobre la economía, hay un efecto indirecto sobre el consumo y la inversión dado que hay decisiones que se han quedado aplazadas, por lo que esto puede tener un impacto relevante en la confianza”.
Valentín Pich, presidente del Consejo General de Economistas, considera que lo preocupante sería llegar “a la recta final de este año sin una luz de esperanza”. En su opinión, “cuanta más sea la luz más rápido será el rebote teniendo en cuenta lo peligroso que puede ser el desánimo durante tantos meses”.
En los últimos meses el mantra repetido por los economistas ha sido que la evolución de las economías dependería de cómo avanzara la pandemia, la incidencia de la segunda ola y las restricciones a la movilidad que tuvieran que fijar los distintos Gobiernos. Ahora, el resultado exitoso de las pruebas realizadas por Pfizer allana el camino a la ansiada vuelta a la normalidad, o a la nueva normalidad.
La farmacéutica aseguró que prevé solicitar autorización de uso de la vacuna a las autoridades de Estados Unidos a finales de este mes y que aspira a distribuir 1.300 millones de dosis el próximo año –200 millones serían para la Unión Europea, aunque aún no hay acuerdo firmado–, por lo que no se espera que esa nueva normalidad se produzca ya este año. De esta forma, no es de esperar ningún cambio en las previsiones económicas de los organismos internacionales para este ejercicio, como sí podría suceder de cara a la segunda mitad de 2021 y 2022.
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