La recuperación de la economía española se traducirá en un crecimiento del PIB de un 6,7% en 2021, según las últimas previsiones de Funcas, que rebaja así sus propias estimaciones previas en las que auguraba un avance del 7,9% para el próximo ejercicio. Si bien, en estos datos publicados hoy, estos economistas aminoran un punto la caída del PIB prevista para 2020, del 13% al 12%.
El crecimiento del PIB en el tercer trimestre de 2020, superior al previsto, explica la mejora en un punto de la estimación para todo 2020, mientras que esperan que este cuarto trimestre, el PIB caerá un 5% por el recrudecimiento de los contagios y las restricciones a la actividad. El sector servicios será el más dañado con diferencia al terminar el año con una actividad un 40% inferior a antes de la crisis del Covid-19, frente a una pérdida del 3% de la industria, según Funcas.
Según estas estimaciones, «el débil comportamiento de la economía en este tramo final de 2020 seguirá en el comienzo de 2021, aunque la recuperación se afianzará a medida que avance el ejercicio por la llegada de la vacuna y en menor medida por los fondos europeos». Es más, precisan que «si en 2020 la única aportación procede del consumo público, ya que el resto de componentes de la demanda detraerán actividad, en 2021 aportarán todos, destacando el rebote del consumo privado».
Sin embargo, en Funcas consideran que el PIB no recuperará por completo el terreno perdido desde el comienzo de la crisis hasta principios de 2023, un año antes que en un escenario sin vacuna. Para elaborar esta previsión, Funcas tiene en cuenta la aplicación de una vacuna en la primavera de 2021, un aumento del gasto público financiado con fondos europeos por 14.000 millones en 2021 y 28.000 millones en 2022 (programa Next Generation EU), el Ingreso Mínimo Vital y las subidas de las pensiones y los salarios públicos anunciadas por el Gobierno para 2021.
Si bien, para 2022, se ha supuesto que las pensiones subirán igual que el año anterior, pero no habría incremento de los salarios públicos y no se incluyen las subidas de impuestos contenidas en el proyecto de Presupuestos Generales del Estado por estar pendientes de aprobación. Pero en este escenario, en 2022, el volumen de actividad sería todavía del 85%, añaden.
Estos economistas consideran que «los ERTE, las medidas de apoyo a los autónomos y las prácticas de flexibilidad interna en las empresas, como el teletrabajo, seguirán amortiguando el impacto de la crisis sobre el empleo». Por esa misma razón, la recuperación de la economía tardará en generar nuevos puestos de trabajo. El desempleo podría aumentar en 2021 antes de emprender una senda de mejora en 2022. Ese año, la tasa de paro se situaría en el 15,5%, 1,4 puntos más que en 2019.
En cuanto al déficit de las administraciones, prevén que rondará el 11,5% este año por el incremento del gasto público y el desplome de la recaudación. En 2021, con los supuestos ya mencionados, el déficit bajaría hasta el 8,6% del PIB, si bien crecería en términos estructurales. El desfase todavía podría alcanzar el 5,5% en 2022, año el que la política fiscal seguirá siendo expansiva. Mientras que la deuda pública se estancará en torno al 120% del PIB.
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