Los autónomos del sector sanitario también se están viendo impactados por una bajada de ingresos. Pese a eso ello, han seguido teniendo que pagar sus cuotas a la Seguridad Social, además de gastos de arrendamientos, salarios o impuestos, tal y como denuncian desde la asociación de autónomos ATA, que cuenta con unos 107.000 afiliados entre el sector sanitario y farmacéutico.
Recuerdan que en el caso de médicos, fisioterapeutas y podólogos la situación ha empeorado, por su relación profesional con las compañías sanitarias privadas. Dichas clínicas mantienen unos baremos en el pago en los que no se ha actualizado el IPC desde hace más de 30 años. Dichos ingresos no cubren, advierten, los costes de la consulta. Por ejemplo, señalan que en una clínica privada se paga entre 8 y 12 euros por una consulta de medicina general y que una de fisioterapia se paga a 5 euros de media.
Es por eso por lo que reclaman una actualización de los precios, que están congelados desde hace más de tres décadas. A su vez se ha pedido que se impida la subida del IVA del 21% en los servicios sanitarios, como medida para evitar el aumento de la economía sumergida. El presidente de ATA, Lorenzo Amor, ha indicado que es importante “mejorar las condiciones laborales del colectivo como profesionales de la salud”. Él ha defendido unas tarifas dignas y actualizada.
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