España estrena el sábado 16 de enero dos nuevos impuestos, el que grava los negocios digitales, más conocido como Tasa Google, y aquel por el que tributarán las transacciones financieras, la Tasa Tobin. No se puede decir, sin embargo, que esté “todo listo” para su implementación. El retraso en la aprobación de los correspondientes desarrollos reglamentarios ha obligado a Hacienda, según avanzaba este jueves Expansión, a retrasar a última hora los plazos de liquidación inicialmente previstos.
Este sistema habría permitido celebrar una primera liquidación del impuesto sobre las transacciones financieras en febrero, mientas que Hacienda se encaminaba a hacer caja por primera con la tasa Google en abril. Ambas fechas acabarán retrasándose, sin embargo, ante la tardanza en dar luz verde a la letra pequeña del funcionamiento de estos nuevos impuestos. En concreto, según confirman fuentes conocedoras del plan, la primera liquidación de la tasa Tobin se retrasa a abril y la de la Google, a julio.
Esto es así porque el impuesto sobre las transacciones financieras tendrá una liquidación mensual, a la que se procederá entre los días 10 a 20 del mes posterior. Como consecuencia del retraso, las liquidaciones de enero, febrero y marzo se harán de golpe en esos días del mes de abril. A partir de ahí, las de abril se harán el mes siguiente, y así sucesivamente. En el caso de la tasa Google, de liquidación trimestral, el retraso obliga a esperar ya a la conclusión del segundo trimestre para presentar las liquidaciones en el mes de julio, una vez cerrados los dos primeros periodos. A partir de ahí, la actividad del tercer trimestre será liquidada en octubre y así sucesivamente.
Esta demora tiene mayor afectación para los asesores fiscales que para los contribuyentes, que no verán alteradas las condiciones de pago de los nuevos tributos a los que tendrán que hacer frente este año. De hecho, los brókeres avanzan que ya tienen preparados los protocolos necesarios para comenzar a cobrar la tasa a partir del este mismo jueves, por lo que podrán empezar a recaudar para el fisco a partir del lunes, una vez que la tasa entre en vigor el próximo sábado. Los cambios, por tanto, no alterarán en ningún caso las nuevas obligaciones fiscales que pesan sobre los obligados tributarios de los flamantes impuestos, según confirman a este diario desde el Ministerio que dirige María Jesús Montero.
En concreto, las compañías que facturen al menos 750 millones en el mundo y tres en España y que desarrollen determinados servicios online, como la publicidad, la intermediación digital entre consumidores o la venta de datos de usuarios, verán sujetas estas actividades a un gravamen del 3%. La medida busca recaudar 968 millones de euros en este primer ejercicio en vigor, si bien la tasa nacional será inmediatamente sustituida por una de corte internacional, de alcanzarse un pacto en el seno de la Unión Europea o la OCDE.
A su vez, la compraventa de acciones de compañías españolas con una capitalización superior a los 1.000 millones quedará sujeta a una tasa del 0,2% sobre el saldo neto de operaciones diarias. El objetivo de la tasa Tobin es recaudar 850 millones de euros sobre las transacciones financieras. El gravamen afectará a la negociación de un total de 56 valores cotizados en la Bolsa, puesto que las compañías sujetas al gravamen fueron identificadas en el mes de diciembre y sus nombres son ya conocidos. El reglamento pendiente de aprobación definitiva suponía, entre otras cosas, que Hacienda evitará al contribuyente presentar una declaración anual sobre la Tasa Tobin a cambio de ofrecer un mayor volumen de información continua.
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