El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha recortado en 1,3 puntos las previsiones de crecimiento de la economía española para 2021, proyectando una subida del Producto Interior Bruto (PIB) del 5,9% a lo largo de todo el ejercicio frente al 7,2% dibujado el pasado mes de octubre. Así se desprende del nuevo cuadro de expectativas macroeconómicas actualizado este martes por el organismo, que a su vez revisa levemente al alza el crecimiento para 2022, pasando del 4,5% al 4,7%, y cifra el desplome en 2020 en el -11,1%, frente al -12,8% de hace cuatro meses.
La revisión a la baja para España supone el mayor recorte de todas las economías de Europa, solo por detrás de Italia (2,2 puntos menos) y Reino Unido (1,4 puntos). También supone alejarse más aún de las estimaciones que maneja el propio Gobierno, que prevé un avance de la economía de entre el 7,2% y el 9,8% durante el presente año, en función de la correcta absorción y ejecución de los fondos europeos.
Pese al tijeretazo, el crecimiento del 5,9% de España seguiría estando por encima de las medias de la zona euro, con un alza del 4,2%, y del conjunto global (5,5%). A lo largo del año, España superaría también a socios como Alemania (3,5%), Francia (5,5%) o Italia (3%) y a economías como Japón y Reino Unido, con respectivas alzas del 3,1% y el 4,5%. El problema, sugiere el FMI, es que este rebote sería la consecuencia lógica del gran hundimiento que sufrió la economía española durante el pasado ejercicio, con una caída estimada del -11,1%, la mayor de todos los países analizados por el fondo.
Ya en 2022, y teniendo en cuenta que todas las previsiones hay que cogerlas con pinzas debido a la inestabilidad e incertidumbre, el FMI también dibuja para España el mayor repunte (4,7%) de la zona euro (3,6% de media), superando también a la media global (4,2%).
Tras conocer las proyecciones, la portavoz del Gobierno y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, ha subrayado al término del Consejo de Ministros que el FMI no ha tenido en cuenta los datos del cuarto trimestre de 2020 de la economía española a la hora de rebajar sus previsiones para este año, al tiempo que ha destacado que España crece «por encima de otros países de la zona euro». Asimismo, ha apuntado que el grado de «incertidumbre» se tendrá que ir ajustando en función de los datos concretos que se vayan conociendo trimestralmente.
La recuperación del crecimiento global proyectada para 2021, explica el FMI en un comunicado, «sigue a un colapso severo en 2020 que ha tenido un impacto adverso en las mujeres, los jóvenes, los pobres, los empleados informales y los que trabajan en sectores intensivos» en todo el mundo. Con todo, la contracción del crecimiento mundial para 2020, que hoy se estima en el -3,5%, está 0,9 puntos porcentuales por encima de lo proyectado en el pronóstico anterior, «lo que refleja un impulso más fuerte del esperado durante la segunda mitad de 2020».
A nivel global, prosigue el organismo, el aumento del 5,5% para 2021 supone una revisión al alza de 0,3 puntos porcentuales respecto a las previsiones de octubre, un cambio que vuelve a reflejar «las expectativas de un fortalecimiento de la actividad impulsado por la llegada de las vacunas y las medidas de apoyo adicional puestas en marcha en las grandes economías».
Sin embargo, el FMI toma con cautela todas estas proyecciones e insiste en la creciente incertidumbre alimentada, sobre todo, por el alza de contagios en las principales economías del mundo. «El aumento de casos desde finales de 2020, incluidas las nuevas variantes del virus, los cierres perimetrales y los problemas logísticos con la distribución de las vacunas» obligan a tomar medidas para «garantizar una recuperación sostenida».
Por eso, sostiene el organismo que dirige Kristalina Georgieva, las nuevas restricciones tras el aumento repentino de los contagios, «especialmente en Europa», sugieren que el crecimiento podría ser más débil de lo proyectado. El FMI alerta de los riesgos aparejados a que la inmunización colectiva sea más lenta de lo esperado por los problemas en el suministro de las vacunas o porque los efectos de los viales sean menos fuertes de lo esperado. También pone el foco en «la intensificación del malestar social» debido al aumento de la desigualdad y a un posible «acceso desigual» a los tratamientos y, además, en el riesgo de que los países retiren las políticas de apoyo «antes de que la recuperación se arraigue».
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