La contribución de los expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE) a la supervivencia de las empresas ha representado un diferencial de al menos tres puntos respecto a las que no se han acogido a este instrumento. Así lo indica el Instituto Nacional de Estadística (INE) a partir de una estadística experimental en la que constata que, de las empresas existentes a 1 de abril de 2020, lograron sobrevivir el 98,7% de las que se habían acogido a un ERTE en el primer trimestre, frente al 95,3% de las que no recurrieron a esta medida.
De las existentes a 1 de julio, el porcentaje de supervivencia de las empresas que utilizaron un ERTE fue del 97,7%, frente al 94,6% de las que no se acogieron a esta herramienta. El INE subraya que la incidencia más importante de los ERTE se produjo en el primer trimestre de 2020, cuando el 22,7% de las empresas tenían al menos un asalariado en ERTE. Este porcentaje se redujo hasta el 15,6% en el segundo trimestre y subió hasta el 16,3% en el tercero. Según Estadística, la crisis originada por la pandemia del Covid se llevó por delante unas 207.000 empresas con al menos un trabajador en plantilla entre el primer y el tercer trimestre de 2020.
En el primer trimestre del año pasado, cuando se declaró la pandemia del Covid (a mediados de marzo entró en vigor el primer estado de alarma en España), más de 140.000 empresas perdieron toda su plantilla, aunque algo más de una de cada cuatro se reactivó en el segundo trimestre, volviendo a contratar trabajadores. Las pequeñas empresas con empleados fueron las que más sufrieron en los nueve primeros meses de 2020: el 21,5% de las empresas con cinco o menos asalariados se quedó por el camino entre principios de año y el final del verano, frente a menos del 2% en el caso de las empresas con más de 100 trabajadores en plantilla.
Según los últimos datos del Ministerio de Seguridad Social, el número de trabajadores en ERTE se situó en enero en 738.969 personas, lo que supone 35.625 trabajadores más que en diciembre. Esta cifra se mantiene más o menos estable, en torno a los 700.000 trabajadores, desde hace unos meses a pesar de las mayores restricciones administrativas para afrontar la tercera ola de la pandemia. En comparación con el máximo de trabajadores en ERTE que se alcanzó en abril (más de 3,5 millones) los trabajadores en ERTE se han reducido en 2,9 millones de personas, casi un 80%.
Según Seguridad Social, en enero continuó produciéndose un trasvase de los antiguos ERTE a los establecidos en el nuevo esquema de protección que entró en vigor el pasado 30 de septiembre y que duraba hasta el 31 de enero. Este esquema se ha vuelto a prorrogar hasta el 31 de mayo sin muchas novedades. De esta forma, del total de trabajadores en ERTE con los que se cerró enero, 175.452 pertenecen a los ‘antiguos’ ERTE, sin exoneraciones a la Seguridad Social.
Por su parte, el número de personas incluidas en los nuevos ERTE, con exoneraciones especiales para sectores ‘ultraprotegidos’ y cobertura para aquellas empresas afectadas por las restricciones administrativas, totalizó 486.332 trabajadores en enero, casi el 66% del total. De ellos, 262.785 personas pertenecen a sectores ‘ultraprotegidos’ (de los que 211.692 corresponden al listado de CNAE y 51.093 a empresas de su cadena de valor), 40.479 se encuentran en un ERTE de impedimento y 183.068 en un ERTE de limitación de actividad.
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