El mercado de deuda está en plena ebullición. A la avalancha de emisiones corporativas y financieras de las últimas semanas se suma ahora el Tesoro. El organismo que dirige Carlos San Basilio no está dispuesto a desaprovechar el apetito de los inversores y combina las emisiones programas con las sindicadas. Después de la tradicional colocación a 10 años que celebra todos los comienzos ejercicio y con la que captó en esta ocasión 10.000 millones al 0,114% (mínimo histórico para una sindicación a este plazo), ahora prepara una a 50 años, la segunda emisión de este tipo efectuada por España.
La primera la realizó en 2016 y con ella captó 3.000 millones, cuyo volumen ha sido ampliado en sucesivas reaperturas hasta alcanzar los 15.000 millones de euros. En aquel momento la demanda alcanzó los 10.436 millones de euros y la rentabilidad de emisión se situó en el 3,493%, equivalente a 250 puntos básicos por encima del tipo mid-swap (tipo de referencia del mercado interbancario libre riesgo). La colocación, cuyo vencimiento está previsto para octubre de 2071, se prevé cerrar mañana. El Tesoro ha dado mandato para ello a BBVA, Citi, Credit Agricole CIB, JP Morgan, Nomura y Antander. Junto a esta subasta, el Tesoro prevé colocar hasta 7.000 millones de euros en letras a seis y 12 meses.
La sindicada en la que trabaja el Tesoro sigue el patrón que impera en Europa en las últimas semanas. Varios han sido los países que han recurrido a esta estrategia en 2021 y el mercado empieza a especular con la idea de que estas referencias se conviertan en el nuevo horizonte de las colocaciones soberanas a más largo plazo. Francia, que en 2005 se estrenó en este tipo de emisiones suma ya cuatro, la última este mismo año cuando captó 7.000 millones y logró una demanda de 75.000 millones. Por su parte, Bélgica adjudicó 5.000 millones en un bono con vencimientos en 2071 con una demanda de 53.000 millones.
Después de España el mercado no descarta que Italia le siga los pasos en un contexto en el que el coste de financiación de los países de la zona euro se encuentra en zona de mínimos gracias a las medidas puestas en marcha por el BCE para hace frente a la crisis desatada por la pandemia. Entre esas iniciativas ha sido el programa de compra de activos el que más ha ayudado a rebajar las tensiones sufridas en el mercado en marzo de 2020, un plan que ha sido ampliado en dos ocasiones hasta los 1,85 billones de euros.
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