Unas semanas después de que el organismo que dirige Carlos San Basilio efectuara su primera emisión sindicada del año, hoy ha repetido la experiencia. Pero el reto esta vez era mucho mayor pues se trataba de una referencia a 50 años, la segunda colocación de este tipo que efectúa España. El revuelo causado por la petición de algunas voces del PSOE y de Unidas Podemos, que apelan a la condonación de la deuda, no impidió al Tesoro salir airoso. España captó 5.000 millones en un bono con vencimiento el 31 de octubre de 2071. El cupón de esta referencia se sitúa en el 1,45% y la rentabilidad, en el 1,458%, equivalente a 13 puntos básicos por encima de la actual referencia a 50 años.
El interés y confianza de los inversores en España después de que la ministra de Economía, Nadia Calviño, asegurara que no es momento para abrir un debate sobre la posibilidad de que el BCE condone la deuda fue garantía más que suficiente y eso se reflejó en la demanda. Nada más abrirse el libro las órdenes de compra superaban los 37.000 millones de euros, importe que se fue ampliando conforme avanzaba la jornada hasta situarse en los 65.000 millones. Una cantidad muy por encima de los 10.436 millones registrados en octubre de 2016, la primera vez que el Tesoro colocó deuda a 50 años, una operación en la que captó 3.000 millones, cifra que se fue ampliando es sucesivas aperturas hasta alcanzar los 15.000 millones.
La demanda final se repartió entre 477 cuentas inversoras, algo que es especialmente significativo porque este bono no es elegible para el programa del BCE. Los inversores no residentes alcanzaron una participación de 91,9%. Por nacionalidades destacaron Alemania, Austria y Suiza con el 33,1%; Reino Unido e Irlanda (11,7%); los países escandinavos (7,1%) y otros Estados europeos (9,4%). Fuera del Viejo Continente los inversores de Oriente Medio alcanzaron el 7,3%, un tipo de inversor que se caracteriza por buscar activos de alta calidad.
Atendiendo al tipo de inversor, la mayor participación ha corrido a cargo de aseguradoras y fondos de pensiones (35,4%). A estos le siguen las gestoras fondos (18%), bancos (12,8%), los bancos centrales e instituciones oficiales (10,4%) y los fondos apalancados (8,7%). El Tesoro contrató a Nomura, BBVA, Citi, Credit Agricole, JP Morgan, y Santander como bancos colocadores encargados de llevar a buen puerto la operación.
Con esta emisión, el Tesoro ha vendido ya 49.951 millones en lo que va de año a un coste del 0,012% y sitúa el tipo de interés de la deuda en circulación en el 1,84%. En enero el coste de la deuda emitida se situó en el -0,08%. La subasta a 50 años contribuye a alargar la vida media del Estado que alcanza los 8,05 años, nuevo récord histórico.
La sindicada de España sigue el patrón que impera en Europa en las últimas semanas. Varios han sido los países que han recurrido a esta estrategia en 2021. Francia, que en 2005 se estrenó en este tipo de emisiones suma ya cuatro, la última este mismo año cuando captó 7.000 millones y logró una demanda de 75.000 millones. Por su parte, Bélgica adjudicó 5.000 millones en un bono con vencimientos en 2071 con una demanda de 53.000 millones. Además de estas emisiones Alemania ha vendido un bono a diez años indexado a la inflación al -1,51%.
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