La zona euro no es candidata a una subida rápida de los precios, a pesar de que en los últimos días se esté apreciando un alza de las rentabilidades de la deuda soberana que, por contagio de lo que sucede en EE UU, estaría anticipando una mayor inflación. Sería el efecto de los incansables estímulos, una idea que en EE UU toma más cuerpo ante la perspectiva de nuevas ayudas fiscales y que ha llevado a su bono a 10 años a máximos de febrero de 2020, pero que tiene pocas opciones en la zona euro, según se desprende de las actas de la última reunión del BCE.
En su encuentro del pasado 21 de enero, el BCE ya analizó el efecto de un alza en las rentabilidades de la deuda, como posible anticipo desde el mercado de mayor inflación, aunque ha sido en esta semana cuando el rendimiento del bund alemán ha trepado a niveles del pasado junio. La institución reconoce que el mercado es vulnerable ante una subida de los rendimientos de los bonos, que haría perder atractivo a la Bolsa. Pero deja claro que los niveles de inflación en la zona euro son muy bajos y que las perspectivas son “decepcionantes”, lo que hace necesario insistir con los estímulos monetarios.
El BCE explica que las rentabilidades nominales no son una referencia adecuada para valorar si las condiciones de financiación siguen siendo favorables, el gran objetivo que persigue en esta crisis el BCE. “Lo que importa desde una perspectiva de política monetaria es la evolución de los tipos reales, que han descendido a niveles récord en las últimas semanas”, advierte. Las actas reflejan la inquietud del BCE ante el “desafío” de lograr el objetivo de precios de la institución en el medio plazo, de una inflación cercana al 2%, aunque por debajo. Y la previsión para 2023 es de solo el 1,4%.
“Las perspectivas de inflación siguen siendo decepcionantes con una tasa muy por debajo del 2% en el escenario base”, recoge el texto. El BCE cree que no puede descartarse que los precios suban más de lo previsto durante 2021, en especial ante la recuperación económica en el segundo semestre. Sin embargo, advierte que “tal repunte temporal de la inflación no debería entenderse como un alza sostenida”, que solo se lograría paulatinamente.
Además, el horizonte de crecimiento económico en la zona euro sigue siendo incierto. El BCE decidió en el encuentro de enero mantener las previsiones de PIB e inflación lanzadas en diciembre, a pesar de las nuevas restricciones a la actividad por la tercera ola. La institución ya contemplaba un escenario de nuevas medidas de restricción a causa del coronavirus a la vuelta de Navidad, pero también reconoce que la intensificación de los contagios puede tener más impacto en la actividad del primer trimestre de lo esperado. Es más, señala que “la fuerte recuperación del crecimiento prevista en las estimaciones de diciembre podría ser demasiado optimista, con el crecimiento en el segundo trimestre en posible riesgo a causa de la prolongación de las restricciones».
Powered by WPeMatico