El próximo plan de reforma fiscal del presidente de EEUU, Joe Biden, incluirá aumentos de impuestos para las empresas y los estadounidenses ricos, según dijo el martes un asesor económico de la Casa Blanca. A cambio, ofrecerá bajadas para los hogares de clase media. «La clave es que el presidente cree firmemente que las compañías más grandes y aquellas personas que han desarrollado una posición económica extremadamente cómoda en las últimas décadas deberían pagar un poco más», dijo Bharat Ramamurti, subdirector del Consejo Económico Nacional, el martes en una entrevista con Bloomberg Television.
Uno de los objetivos del próximo programa fiscal de Biden será incentivar a las grandes empresas y corporaciones multinacionales a centrar sus inversiones en EEUU, dijo Ramamurti. «Esperamos trabajar con el Congreso para lograr esos objetivos», dijo Ramamurti, sin ofrecer un plazo para los anuncios. «El plan fiscal del presidente tiene como objetivo garantizar que las familias de clase media no paguen más de lo que les corresponde y que las personas más ricas, a las que en general les ha ido bastante bien en los últimos años, aporten un poquito más».
Cuando se le preguntó cómo definiría la clase media, Ramamurti apuntó a «un profesor y una enfermera que juntos ganan, por decir así, 110.000 dólares, merecen una bajada. Y lo que hemos visto en los datos es que las familias con ese tipo de perfil han sufrido».
En el paquete de estímulos contra el covid firmado la semana pasada venía incluida una ampliación de los créditos fiscales para las familias con hijos. Pero a pesar de las reclamaciones de los demócratas, que quieren que esta medida se haga permanente, los asesores de la Casa Blanca se abstuvieron el martes de asumir ese compromiso. «Creo que el tiempo dirá si esta medida será permanente o no», dijo Heather Boushey, miembro del Consejo de Asesores Económicos, en MSNBC. Ramamurti explicó que Biden «está interesado en ver que hacer con eso, pero obviamente no estamos del todo de acuerdo aún».
Los republicanos han criticado el plan fiscal de la administración Biden, que representaría el mayor aumento de impuestos desde desde la administración Clinton en 1993. «Biden y Harris están cumpliendo su promesa de campaña de aprobar aumentos de impuestos que eliminen el empleo», dijo Rick Scott, el senador de Florida que preside el brazo de campaña del Partido Republicano en el Senado, en un comunicado el martes. «Mientras la gente de todo el país se recupera de esta crisis económica, lo último que necesitan es enviar el dinero que tanto les costó ganar para financiar la agenda del gobierno demócrata».
Boushey destacó que a la economía de Estados Unidos le fue bien después de las últimas subidas de impuestos. El programa económico del entonces presidente Bill Clinton en 1993 incluyó un aumento del IRPF y la última subida en el impuesto nacional a la gasolina, y se produjo en un momento en que el desempleo se mantuvo elevado después de la recesión de 1990-91.
Los conservadores insisten en que los aumentos de impuestos «van a frustrar el crecimiento, pero eso no es lo que vimos en la década de 1990», dijo Boushey. «La segunda mitad de la década de 1990 fueron años que en realidad fueron bastante buenos para los trabajadores estadounidenses. Fue un período en el que vimos una caída de la desigualdad y un aumento de los salarios en la mitad inferior de la distribución salarial». Y hubo superávit público durante varios ejercicios seguidos, hasta que George Bush aprobó una bajada tras su victoria en el 2000. Desde entonces, las cuentas no se han vuelto a cuadrar.
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