La Agencia Tributaria ultima ya los detalles para poner en marcha la campaña de la Renta del ejercicio 2020, que arrancará el próximo 7 de abril, y en la que los españoles abordan el pago del Impuesto de la Renta sobre las Personas Físicas (IRPF) de un ejercicio marcado por la pandemia del Covid-19 y los Expedientes de regulación temporal del empleo (ERTE). Como primer paso, el Ministerio de Hacienda publicó ayer en el Boletín Oficial del Estado (BOE) una orden ministerial en la que aprueba los modelos de declaración de IRPF y Patrimonio.
“La situación de emergencia de salud pública provocada por el Covid-19 durante 2020 ha determinado que las medidas normativas adoptadas se hayan orientado básicamente al plano sanitario, económico y social”, por lo que la “necesidad de hacer frente a la situación excepcional que estamos viviendo con la pandemia” junto “a la prórroga de los Presupuestos Generales del Estado de 2018”, durante el pasado ejercicio, “ha supuesto que, en el ámbito del IRPF, no se hayan producido novedades destacables desde el punto de vista jurídico que afecten al modelo de declaración”, detalla el texto publicado en el BOE.
Pese a la ausencia de grandes cambios, las reglas ya vigentes en cuanto a los umbrales a partir de los que es obligatorio presentar la declaración afectarán esta vez a un mayor volumen de contribuyentes. Así, la normativa que deberán presentar la declaración de IRPF aquellos trabajadores con rentas de al menos 22.000 euros anuales, en el caso de recibirlas de un solo pagador, o los que hayan recibido al menos 14.000 euros de más de uno (excepto en el caso de que las cuantías de segundos y terceros no superen los 1.500 euros). La obligación de declarar regirá, por tanto, para todos aquellos asalariados con rentas inferiores a los 22.000 euros anuales pero que hayan estado sujetos temporalmente a un ERTE, periodo durante el cual sus retribuciones han sido asumidas por el Estado, a través del servicio público de empleo, el SEPE.
Desde Hacienda aseveran que estos trabajadores no van a pagar más impuestos por el ejercicio 2020 de los que hubieran tenido que abonar en 2019, pero que al contar con dos pagadores de peso deberán de dar cuentas al fisco. Aunque la percepción general es que tener dos pagadores equivale a tributar más, lo que ocurre en realidad es que cada compañía retiene solo el porcentaje de impuestos que corresponde a su parte de retribución abonada, lo que suele implicar que el resultado de la declaración sea a pagar para corregir la menor retención sufrida.
En todo caso, el Defensor del Pueblo, Francisco Fernández Marunga, instó ayer al SEPE y a la Agencia Tributaria a tomar cartas en el asunto para evitar que los errores de saldo que ha cometido el servicio de empleo en el abono de las rentas de los ERTE supongan una penalización fiscal para los contribuyentes afectados. Después de todo, recordó, el SEPE abonó el pasado año unos 14.000 millones de euros solo en ERTE, que llegaron a cubrir a 3,5 millones de trabajadores.
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