El verdadero problema que va a surgir con la campaña de la Renta del ejercicio 2020 es que, ante la avalancha de prestaciones a abonar, el SEPE ha cometido importantes errores en los pagos incluyendo nóminas excesivas que no en todos los casos ha recuperado y regularizado. Como resultado se abren dos escenarios distintos de cara a la campaña de la renta que está a punto de comenzar. En el caso de un contribuyente que haya recibido un pago inapropiado del SEPE durante 2020 pero al que ya se lo hayan reclamado no habrá dificultad ninguna porque la Agencia Tributaria identificará ya como sujeta a tributación únicamente la parte de la nómina que corresponda.
En el caso de aquellos pagos excesivos no regularizados se abre la puerta a corregir los datos fiscales de partida, que recogerán una nómina sujeta a impuestos mayor de lo correspondiente, con lo que se abre la puerta a corregir las cifras con el SEPE antes de la declaración de la renta si este dispone de los datos efectivos, u obligará a pagar los impuestos correspondientes a la cuantía excesiva y a reclamarla luego cuando se haga la devolución. El fisco pone ejemplos para cada una de las casuísticas. Así, en primer lugar, un trabajador que haya recibido 37.000 euros brutos, 30.000 del empleador y 7.000 del SEPE por un ERTE, deberá abonar 6.686,99 euros.
Ahora bien, si el SEPE comete un error y abona 5.000 euros adicionales indebidamente, es decir una aportación total de 12.000 euros que elevan la nómina anual a 42.000 euros, se abren varias posibilidades. De haber iniciado el SEPE el proceso de regularización y haberse realizado la devolución en 2020 el fisco solo reclamará ahora el IRPF de esos 7.000 euros debidamente abonados, con lo que el impuesto será el correspondiente a los 37.000 euros, los 6.686,99 euros antes mencionados. Sin embargo, si el reintegro no se produjo en 2020, el fisco informará al contribuyente de que tiene pendiente realizar una devolución al SEPE, pero no la cuantificará si el servicio no ha proporcionado información sobre su cuantía.
A partir de ahí, si el contribuyente conoce el informe puede reducir los ingresos a declarar al presentar la renta de este año. Sin embargo, si no conoce el importe, o espera a que el SEPE se lo notifique, la declaración resultará a ingresar una cantidad mayor de la que le correspondería. Unos 8.302,64 euros para el caso del ejemplo. En este caso, el contribuyente abonará el tributo por el exceso de rentas y luego podrá solicitar a la Agencia Tributaria una rectificación de la declaración para recuperar la parte del impuesto pagada de más, hasta reducir su aportación a los 6.686,99 euros citados.
Desde el Ministerio de Trabajo, en todo caso, avanzan que vienen notificando mensualmente a la Agencia Tributaria los errores de pago detectados por el SEPE y las cuantías que realmente deben quedar sujetas a tributación. Los abonos en exceso, detallan en el Ministerio, suelen rondar los 1.000 euros lo que, aseveran, tampoco modifica sustancialmente la presión fiscal a la que queda sometido el contribuyente, aunque sea de forma temporal.
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