El Gobierno ha instado al Banco de España a encontrar formas de controlar los salarios de los principales banqueros, ya que la mayoría de las entidades financieras del país están impulsando macroprocesos de reestructuración, que incluyen severos recortes de empleos y cierre de oficinas, mientras mantienen fuertes remuneraciones y bonus a sus cúpulas, según avanzó hoy la vicepresidenta segunda del Ejecutivo y ministra de Asuntos Económicos, Nadia Calviño.
«Creo que los salarios y las bonificaciones de los ejecutivos bancarios deben estar alineados con la evolución de la industria y la economía en su conjunto», dijo en una videoconferencia con corresponsales extranjeros, según recoge Reuters y confirman fuentes de Economía. «Esta preocupación la hemos expresado al Banco de España y vamos a utilizar los instrumentos a nuestra disposición para tratar de encauzar este proceso de la manera que sea lo mejor posible para la evolución económica», ha aseverado Calviño, según fuentes ministeriales.
«Tendremos que utilizar los distintos instrumentos y, en primer lugar, creo que el Banco de España como supervisor del sector tiene un papel que jugar para encauzar este proceso de la manera más positiva desde el punto de vista de su impacto en la economía general de nuestro país», ha apostillado la vicepresidenta, según las mismas fuentes. Calviño sale así al paso de la gran tensión que se ha empezado a concentrar en el sector bancario a la vista de las intenciones iniciales tanto de Caixabank, que cuenta con participación pública tras la fusión con la nacionalizada Bankia, como de BBVA de aplicar fuertes procesos de recortes laborales.
La vicepresidenta ya cargó contra estos ajustes el miércoles, cuando calificó de «inaceptables» los «altos sueldos y bonus pagados a directivos de las entidades» en una coyuntura de crisis y ajuste laboral. «Se trata de unas remuneraciones que no se corresponden en absoluto con la situación económica de nuestro país, y menos aún en entidades que están anunciando fuertes recortes de personal y cierre de oficinas», aseveró, avanzando además que trataría de minimizar los ajustes. CaixaBank ha anunciado el mayor ERE de la historia de la banca española, de 8.291 trabajadores, mientras que BBVA ha anticipado un ajuste de 3.800 empleados. Calviño instó a la banca a «actuar con responsabilidad».
Mientras se analizan posibles modificaciones legales para controlar los sueldos y bonus de los banqueros en la coyuntura actual, el Gobierno confía en la amplia capacidad de actuación del Banco de España y el Banco Central Europeo para tomar medidas como supervisores financieros. A la reacción de Calviño se han unido hoy también el ministro de Inclusión y Seguridad Social, José Luis Escrivá, quien ha dicho que las entidades financieras que están planteando el despido de miles de trabajadores deberían tener en cuenta que su actividad tuvo en el pasado una protección pública «extraordinaria».
«El sector financiero ha tenido ayudas muy importantes durante la anterior crisis, con limpieza de balances y ayudas públicas extraordinariamente importantes, y recientemente con la asunción de deuda por parte del Estado de la Sareb (banco malo)», ha dicho tras la presentación del nuevo portal de la Seguridad Social «Import@ss». Escrivá ha considerado que esta reflexión «debería inspirar cualquier decisión empresarial en este sentido», tras ser preguntado por el expediente de regulación de empleo (ERE) de CaixaBank con 8.291 despidos y el de BBVA, con 3.800.
«Los dirigentes de las entidades financieras tienen que interiorizar y ser muy conscientes de hasta qué punto existe o ha habido una protección del sector en determinadas circunstancias para evitar males mayores y decisiones como las que están tomando en ese momento», ha añadido. Asimismo, ha confiado en que estos ERE sean los últimos ejemplos «de un modelo antiguo» guiado por procesos de reestructuración empresarial en los que no se recurre a las distintas modalidades de flexibilidad interna.
Ha recordado que como parte de la reforma del mercado laboral comprometida con Bruselas en el plan de recuperación se incluye la mejora del marco de la flexibilidad interna para que «las transiciones a otros sectores -si tienen que hacerse- se hagan en procesos de reestructuración ordenados, manteniendo el vínculo con la empresa en la medida de lo posible».
A su juicio, el mayor recurso a la flexibilidad interna no solo tiene que propiciarlo el marco normativo, sino que también tiene que darse un cambio cultural dentro de las empresas. Igualmente, la vicepresidenta tercera del Gobierno y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, ha afirmado este jueves que «no son tiempos» para «planteamientos» como los despidos anunciados durante las últimas semanas por varios bancos y ha remarcado que «todo el mundo debe remar en una única dirección» para garantizar el «mantenimiento del empleo».
«Creo que no son los tiempos de estos planteamientos. Me parece que todo el país, toda Europa está sufriendo y todo el mundo debe de remar en una única dirección, que es el mantenimiento del empleo», ha dicho en declaraciones a los medios en Bruselas antes de reunirse con el vicepresidente económico de la Comisión Europea, Valdis Dombrovskis.
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