La tributación conjunta en el IRPF evita que Hacienda cobre a las familias 2.300 millones de más por juntar sus rentas. El Gobierno anunció ayer que abandonaba el proyecto en el que pretendía su eliminación. La medida afecta a más de 2 millones de familias, casi 4,2 millones de contribuyentes. Este beneficio fiscal supone, de media, un ahorro de unos 1.100 euros al año para los que se acogen en la declaración. La derogación de esta prerrogativa afecta de lleno a las clases medias. Las rentas más altas y las más bajas apenas notarán el cambio. Las primeras porque no ingresan los suficiente como para alcanzar la tributación mínima. Las segundas, porque la mayor parte de sus ingresos provienen de las rentas de capital.
El Gobierno señala a las «recomendaciones» de la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF). En efecto, en su último informe apunta al coste de este beneficio fiscal. Sin embargo, precisa que se debe «acelerar su paulatina desaparición mediante el establecimiento de un régimen transitorio para no perjudicar a las familias con menor capacidad de adaptar sus decisiones de participación laboral a la nueva situación». A su juicio, habría que «compensar el efecto negativo que continuará teniendo el beneficio fiscal con nuevos incentivos a la participación laboral de las mujeres que disminuyan la brecha de género».
La AIReF también alerta de posibles efectos perversos. «Genera un desincentivo a la participación laboral del segundo perceptor de renta (mayoritariamente mujeres), lo que acentúa los problemas de brecha de género de la economía española», explica. El ejecutivo había incluido esta medida en el Plan de Recuperación enviado el viernes a Bruselas al considerar que «genera un desincentivo a la participación laboral del segundo perceptor de renta», que suelen ser mujeres. Esta medida, adelantada por El País, se quería adoptar mediante el establecimiento de un régimen transitorio.
Esta medida, que suponía la supresión de la reducción fiscal que disfrutan los matrimonios que declaran conjuntamente el IRPF y que alcanza los 3.400 euros, había sido solicitada por la AIReF en un informe publicado el verano pasado, en el que vinculaba el beneficio fiscal con la desigualdad entre hombres y mujeres La reducción en la base imponible del IRPF por tributación conjunta asciende, en el caso de unidades familiares integradas por ambos cónyuges, a 3.400 euros, y en las monoparentales, a 2.150 euros.
Dos millones de hogares se benefician de esta exención y su coste supone alrededor de 1.000 millones al año. Hacienda prevé recibir en la campaña de la renta casi 3,5 millones de declaraciones conjuntas, un 7,1% menos, una tendencia a la baja que se mantiene, ya que esta reducción se suele aplicar si uno de los cónyuges no trabaja.
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