Tras un año ya de vigencia del actual esquema de Ertes, el Gobierno ya asume internamente que al menos un 30% de los afectados, unos 170.000 trabajadores no podrán recuperar su puesto de trabajo. Concretamente, la Seguridad Social registró a finales de mayo un total de 542.142 personas protegidas por esta herramienta, lo que supone un descenso de 95.439 trabajadores, con lo que número de Ertes asociados al Covid se sitúa de esta forma en el nivel más bajo desde el inicio de la pandemia.
Sin embargo, las fuentes de Moncloa que apuntan a esa cifra aseguran que esta pérdida de empleo será compensada con la creación de nuevos puestos. De hecho, actualmente, estos Erte se encuentran localizados en sectores muy concretos y altamente afectados por las restricciones, por lo que desde el Gobierno se confía en que el grueso de ellos volverá a reactivarse. Son sectores localizados, como la restauración, hoteles y alojamientos, aerolíneas, medios de transporte o comercios muy asociados a la actividad vacacional.
En estos sectores estarían encajados unos 370.000 empleados de los Erte, y según las propias declaraciones del ministro de Seguridad Social, José Luis Escrivá, en una entrevista, «esperamos que el grueso se recupere». De hecho, el 50% de los empleados en Erte de este grupo están en hostelería y servicios de alojamiento, que podrían relanzar fuertemente su actividad en los meses de verano. De este modo, donde pone el foco del problema el Ejecutivo es en la bolsa de 170.000 trabajadores de sectores no altamente afectados por la pandemia y que, pese a la recuperación de la actividad global en los últimos meses, aún mantienen a buena parte de sus plantillas en Erte. Se trata, más allá, de empresas que podrían ya tener problemas de liquidez y de demanda previos a la pandemia y que asumieron estos esquemas cuando iniciaron las restricciones a la movilidad y la actividad comercial en marzo de 2020 pero que aún conservan a sus trabajadores en Erte. Se trataría, como se ha apuntado anteriormente, de un 30% de la actual bolsa de trabajadores en Erte y son los que irían a engrosar las listas del desempleo en nuestro país.
Desde el Ejecutivo, más allá, prevén que esta destrucción de empleos procedentes de los Erte se pueda compensar con un fuerte aumento de la contratación en los próximos meses, y años, al albur de la recuperación económica que acompañará a la salida de la pandemia. Concretamente, En su informe de perspectivas tras el impacto de la pandemia, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) apunta que la recuperación del empleo va a ser muy lenta y aventura que la tasa de paro, que subió al 15,5% de media el pasado ejercicio, únicamente disminuirá una décima en 2021 (15,4%) y al 14,7% en 2022. Una planicie que sustenta precisamente que el mercado laboral
En este sentido, si bien es cierto que el Gobierno ya asume que la totalidad de los trabajadores en Erte no serán rescatados, sí que parece evidente tal y como apuntan las proyecciones de los organismos internacionales, que la caída de esos puestos de trabajo no supondrá una disrupción en el mercado ya que estará siendo compensada con creación de nuevo empleo, según refleja la linealidad en la evolución del desempleo. Es más, si se coge la cifra como válida, esta bolsa de trabajadores no supone más del 1% del total de la ocupación en España.
Cabe destacar, sobre el volumen de afectados por Erte del 30% que no se recuperará, que es la primera proyección que realiza el Gobierno sobre este aspecto, ya que antes solo el Banco de España había deslizado en un informe sobre el impacto de la pandemia en la economía que sería el 40% del total de los trabajadores en Erte los que tendrían grandes dificultades para recuperar su empleo y se vería abocados al despido.
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