La Comisión Europea planea relajar los límites a las ayudas de Estado para facilitar las inversiones de carácter medioambiental y energético enmarcadas en los proyectos climáticos del Pacto Verde Europeo y también, indirectamente, en la reconstrucción económica tras la pandemia. Así, este lunes, Bruselas ha puesto en marcha una consulta pública de cara a la revisión de sus directrices de Competencia pensada para relajar el control sobre las ayudas públicas en estas áreas, sin acabar con otros controles que eviten posibles distorsiones.
Tras la consulta, que estará abierta hasta el próximo 2 de agosto, la Comisión dialogará con los Estados miembros con el fin de que las nuevas directrices sean aprobadas ya a finales de 2021. «Europa necesitará una considerable suma de inversiones sostenibles. Aunque una parte importante vendrá del sector privado, el apoyo público jugará un papel importante en esta transición verde. Así que queremos asegurar que nuestras reglas de ayudas de Estado para clima, energía y medio ambiente están listas», explicó en un comunicado la vicepresidenta del Ejecutivo comunitario y responsable de Competencia, Margrethe Vestager.
Con estas reglas ya actualizadas, añadió Vestager, los Estados miembros podrán cumplir los ambiciosos objetivos medioambientales del Pacto Verde Europeo, «mientras que se mantienen en el mínimo las posibles distorsiones a la competencia».
La flexibilización de parte de las ayudas de Estado es una de las demandas de varios Estados miembros, incluyendo a España, de cara al aprovechamiento de los fondos comunitarios. En el caso español, el Gobierno confía en que las empresas que participen en los Proyecto Estratégicos para la Recuperación y la Transformación Económica, conocidos como los Perte, tengan un estatus diferenciado para asegurar el correcto despliegue del Plan de Recuperación.
Las directrices sobre ayudas estatales en materia de energía y clima, explica Bruselas en un comunicado, permiten a los Estados miembros apoyar proyectos de protección del medio ambiente, «por ejemplo, protección del clima y generación de energía verde», y medidas para garantizar la adecuación de la generación de energía, bajo determinadas condiciones. Las directrices, añade la Comisión, tienen como finalidad ayudar a los socios a alcanzar los objetivos de la UE en materia verde con el mínimo coste posible para el contribuyente y sin falseamientos indebidos de la competencia en el mercado único.
Entre las propuestas, Bruselas plantea ampliar la cobertura de las directrices para permitir el apoyo público a nuevas áreas como la movilidad limpia, la eficiencia energética de los edificios o la biodiversidad, así como a todas las tecnologías que permitan cumplir el Pacto Verde, incluido el apoyo a las energías renovables. Todos estos proyectos, a su vez, casan con el objetivo verde enmarcado en el Next Generation, el fondo de reconstrucción comunitario. Las normas revisadas permitirían en general importes de ayuda que cubran hasta el 100% del déficit de financiación e introducirían nuevos instrumentos de ayuda, tales como los contratos por diferencia para el carbono.
Otra idea que tiene la Comisión es aumentar la flexibilidad y racionalizar las normas vigentes mediante la introducción de una evaluación simplificada de las medidas transversales en una sola sección de las directrices y la eliminación del requisito de notificación individual de grandes proyectos ecológicos dentro de los regímenes de ayuda previamente aprobados por la Comisión.
Bruselas también quiere introducir salvaguardias para velar por que la ayuda se destine efectivamente allí donde sea necesaria para mejorar la protección del medio ambiente y el clima, se limite a lo necesario para alcanzar los objetivos medioambientales y no falsee la competencia ni la integridad del mercado interior. Por ejemplo, en algunas circunstancias, los Estados miembros que establezcan un sistema de ayudas tendrán que consultar a las partes interesadas sobre sus principales características.
También se prevé armonizar y garantizar la coherencia con la legislación y las políticas pertinentes de la UE en los ámbitos del medio ambiente y la energía, entre otras cosas, eliminando gradualmente las subvenciones a los combustibles fósiles, sobre todo a los más contaminantes.
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